Francisco a los Combonianos: “El rasgo esencial del Corazón de Cristo es la misericordia”
Johan Pacheco - Ciudad del Vaticano
“La misión depende totalmente de la unión con Cristo y de la fuerza del Espíritu Santo”, dijo el Papa Francisco a los participantes del XIX Capítulo General de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús que recibió este sábado, 18 de junio, en la Sala del Consistorio en el Vaticano. Reflexionando con ellos también sobre la “impostergable renovación eclesial” presente en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium.
El Papa les invitó a permanecer unidos Cristo, guiados por el tema del actual Capítulo general: "Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. Arraigados en Cristo junto a Comboni”, recordando el testimonio de su fundador Daniel Comboni: “si somos como sarmientos bien unidos a la vid, la savia del Espíritu pasa de Cristo a nosotros y todo lo que hacemos da fruto, porque no es obra nuestra, sino que es el amor de Cristo el que actúa a través de nosotros”.
El ‘estilo de Dios’: cercanía, compasión, ternura
El Pontífice les agradeció la invitación a celebrar la próxima fiesta del Sagrado Corazón de Jesús junto a ellos; les prometió estar presente a través de la oración. Pidiéndoles, además, ser testigos de la misericordia del corazón de Jesús: “El rasgo esencial del Corazón de Cristo es la misericordia, la compasión, la ternura. Esto no debemos olvidarlo: el estilo de Dios, ya en el Antiguo Testamento, es también éste. Cercanía, compasión y ternura. No hay organización... no: cercanía, compasión, ternura. Por eso creo que están llamados a dar este testimonio al ‘estilo de Dios’ -cercanía, compasión, ternura- en su misión, allí donde estén y donde el Espíritu les guíe”.
“Para ello -dijo Francisco-, para que la forma de vida de la comunidad dé un buen testimonio, también son importantes los cuatro aspectos sobre los que han decidido trabajar en su Capítulo: la regla de vida, el camino de formación, la ministerialidad y la comunión de bienes”.
“Impostergable renovación eclesial”
Exhortó Francisco que este testimonio “forma parte de la ‘impostergable renovación eclesial’ en clave misionera a la que está llamada toda la Iglesia (Evangelii gaudium, 27-33). Es una conversión que parte de la conciencia de cada individuo, implica a cada comunidad y llega así a renovar todo el instituto”. Pero insistió, “todo debe hacerse con docilidad al Espíritu”.
De igual manera, les invitó a “Primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y celebrar” (Evangelii gaudium, 24) para ser una Iglesia en Salida el estilo de las Bienaventuranzas.
“Queridos hermanos, he querido recordar este pasaje de la Evangelii gaudium, sabiendo que lo tienen bien presente, precisamente por el placer de compartir con ustedes mi pasión por la evangelización”, expresó el Papa.
Finalmente, les impartió la bendición: “Que el Señor les bendiga y que la Virgen les proteja”, deseándoles una buena continuación de sus trabajos en el Capítulo General.
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