El Papa: El Espíritu Santo mantiene la fe siempre joven
María Cecilia Mutual - Vatican News
“El Espíritu enseña y recuerda lo que Cristo dijo”. Lo afirmó el Papa Francisco este mediodía antes de rezar la oración del Regina Coeli con los fieles romanos y peregrinos en la Plaza de San Pedro, en la solemnidad de Pentecostés.
Tras la celebración de la Santa Misa en la Basílica Vaticana, el Pontífice, reflexionando sobre el Evangelio de la liturgia del día, explicó el significado de esta solemnidad que recuerda “la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, que tuvo lugar cincuenta días después de la Pascua”.
“Jesús lo había prometido varias veces” afirma Francisco y el Evangelio de este domingo recoge una de estas promesas, cuando Jesús dijo a los discípulos: “El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho” (Jn 14,26).
El Papa centra su reflexión en estas dos acciones “enseñar” y “recordar”, porque así es como Él penetra nuestros corazones con el Evangelio de Jesús.
El Espíritu Santo nos ayuda a acortar distancias
“En primer lugar, el Espíritu Santo enseña”, ayudándonos a superar el obstáculo de la distancia, explica el Papa. Y señala que “puede surgir la inquietud de que hay mucha distancia entre el Evangelio y la vida cotidiana” porque "Jesús vivió hace dos mil años, eran otros tiempos, otras situaciones”. “¿Qué puede decir el Evangelio en la era de Internet y de la globalización? ¿Cómo puede impactar su palabra?” Pregunta el Papa y añade:
El Espíritu trae el Evangelio de vuelta a nuestro corazón
“Nosotros corremos el riesgo de hacer de la fe una cosa de museo, Él en cambio la pone en sintonía con los tiempos” advierte Francisco, y explica cómo actúa el Espíritu, a través de la memoria, haciendo que recordemos, “re-cordar, es decir, traer de vuelta al corazón”.
Sin el Espíritu que nos recuerda a Jesús, la fe se vuelve olvidadiza
El Pontífice evidencia cómo tantas veces la fe se vuelve un recuerdo sin memoria. En cambio - asegura - la memoria está viva y la memora viva lleva al Espíritu Santo. Entonces cuestiona: ¿somos cristianos olvidadizos? ¿Quizás basta una adversidad, un cansancio, una crisis para olvidar el amor de Jesús y caer en la duda y el miedo? El remedio - dice - es invocar al Espíritu Santo:
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