Francisco a las familias: "Sean el rostro acogedor de la Iglesia"
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Llevar el alegre anuncio del Evangelio a todos: esa es la invitación que se desprende del mandato misionero entregado a los participantes en la misa con motivo del X Encuentro Mundial de las Familias. Se ha realizado tras la eucaristía en la Plaza de San Pedro presidida por el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, ante la presencia del Papa Francisco.
El texto del Envío Misionero de las Familias está escrito en una tarjeta, a doble cara, como una estampita. Hoy se repartieron unos 40.000 ejemplares, mientras que mañana, en el Ángelus, se distribuirán unas 20.000 copias.
Este es el texto del envío misionero
Estimadas familias:
Les invito a continuar su camino
escuchando al Padre que les llama:
¡Sean misioneros en los caminos del mundo!
No caminen solos.
Ustedes, jóvenes familias, déjense guiar por los que conocen el camino,
ustedes que van delante, sean compañeros de viaje para los demás.
Ustedes que están perdidos por las dificultades,
no se dejen vencer por la tristeza,
confíen en el Amor que Dios ha puesto en ustedes,
imploren al Espíritu cada día para que lo reavive.
¡Anuncien con alegría la belleza de ser una familia!
Anuncien a los niños y jóvenes la gracia del matrimonio
cristiano. Den esperanza a los que no la tienen.
Actúen como si todo dependiera de ustedes,
sabiendo que todo debe ser confiado a Dios.
Sean los que "cosen" el tejido de la sociedad y de una Iglesia
sinodal, creando relaciones, multiplicando el amor y la vida.
Sean un signo de Cristo vivo,
no tengan miedo de lo que el Señor les pide,
ni ser generoso con Él.
Ábranse a Cristo, escúchenlo en el silencio de la oración.
Acompañen a los más frágiles
Háganse cargo de los que están solos, refugiados, abandonados.
¡Sean la semilla de un mundo más fraternal!
¡Sean familias de gran corazón!
¡Sean el rostro acogedor de la Iglesia!
Y, por favor, recen, ¡recen siempre!
Que María, nuestra Madre, les socorra cuando no haya más vino,
Sean su compañera en el tiempo de silencio y de prueba,
les ayude a caminar junto a su Hijo resucitado. Amén.
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