El Papa Francisco se despide de Canadá
Silvonei José - Quebec, Canadá
El Papa Francisco dejó Canadá a primera hora de la tarde del viernes (hora local) partiendo precisamente del aeropuerto de la ciudad de Iqaluit, última etapa de su 37º Viaje Apostólico, que fue definido por el mismo Pontífice como una "peregrinación penitencial." Una peregrinación para continuar el "camino de sanación y reconciliación" de los pueblos indígenas con la Iglesia católica, que, habiéndose ajustado a la mentalidad colonial y a las políticas gubernamentales de asimilación de siglos pasados, ha causado profundas heridas en las comunidades nativas, con abusos y crueldades. Edmonton, Maskwacis, Quebec e Iqaluit fueron las etapas de Francisco.
El avión que lleva a Francisco de vuelta a Roma despegó a las 20:14 hora local tras una ceremonia de despedida a la que asistió la Gobernadora General Mary Simon. Tras recorrer 5.667 km y volar durante unas 7 horas, la llegada a Roma está prevista para poco después de las nueve de la mañana hora de Roma. Durante el vuelo, el Papa Francisco responderá a las preguntas de los periodistas en la habitual rueda de prensa a bordo.
El último día de Francisco en suelo canadiense comenzó con una misa en privado en el arzobispado de Quebec, donde ha pernoctado los dos últimos días. En el mismo arzobispado, el Santo Padre se reunió con miembros de la Compañía de Jesús presentes en Canadá. A continuación, mantuvo un encuentro con una delegación de indígenas quebequenses.
En este encuentro Francisco volvió a afirmar que vino a Canadá no como turista, sino como amigo, para conocerlos, verlos, escucharlos, aprender y saber cómo viven las poblaciones indígenas de este país. "He venido como hermano, -dijo además Francisco- a descubrir en primera persona los frutos, buenos y malos, producidos por los miembros de la familia católica local a lo largo de los años. He venido con espíritu penitencial, para expresarles el dolor que llevamos en el corazón como Iglesia por el mal que no pocos católicos les causaron apoyando políticas opresivas e injustas".
Otro encuentro con la población indígena tuvo lugar en Iqaluit, tras un vuelo de unas tres horas.
El Papa encontró en privado a algunos alumnos de estos antiguos internados. Algunos se dirigieron al Santo Padre y rezaron juntos el Padrenuestro.
A continuación, Francisco se dirigió al patio de la escuela para encontrarse con los jóvenes y los ancianos. También allí, ante la comunidad Inuit, el Papa dijo que había escuchado a varios ex alumnos de los internados: "Gracias -dijo- por lo que tuvieron la valentía de decir, compartiendo grandes sufrimientos. Eso ha reavivado en mí la indignación y la vergüenza que me acompañan desde hace meses. También hoy, también aquí, quisiera decirles que estoy muy apenado y quiero pedir perdón por el mal que cometieron no pocos católicos que en esas escuelas contribuyeron a políticas de asimilación cultural y desvinculación".
Canadá, el 37º viaje apostólico de su pontificado, es el 56º país que visita Francisco. Fue un viaje muy deseado en cuyo centro estuvo el encuentro y el abrazo con los pueblos indígenas y la Iglesia local.
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