#EoF2022: Francisco y los jóvenes, un sueño realizado y una profecía para el futuro
Sebastián Sansón Ferrari - Enviado especial a Asís
Sonrisas, abrazos, banderas. Asís, capital de la “nueva economía”, es una fiesta. Se ha llenado de color del 22 al 24 de septiembre con la participación de 1.000 jóvenes economistas, emprendedores y agentes del cambio social, que provienen de 120 nacionalidades y desean responder al llamado del Santo Padre Francisco de promover un pacto común, un proceso de cambio global que a todos los hombres de buena voluntad, sin distinción de credo y de nacionalidad.
Unidos por un ideal de fraternidad atento a los pobres y excluidos, los jóvenes vivieron la gracia de encontrarse con el Pontífice en la mañana de este sábado 24 de septiembre, durante su visita pastoral a la ciudad seráfica. El Sucesor de Pedro escuchó sus testimonios, escuchó sobre el trabajo realizado en estos días y firmaron juntos un pacto con el que se comprometen a continuar trabajando juntos por construir una nueva economía.
Antes de las 9 de la mañana, el Teatro Lyrick, sede de la mayor parte de las actividades realizadas en estos últimos días, recibió a los jóvenes, después de este viernes, en el que los chicos estuvieron dispersos en la ciudad trabajando en las “aldeas” temáticas. Fueron 12 laboratorios de discusión, reflexión e intercambio sobre temas económicos y desafíos contemporáneos, como la agricultura y la justicia, la importancia de la mujer en la economía, los negocios y la paz, entre otros.
En el “Pala Eventi” de Santa María de los Ángeles, con las espectaculares colinas de Asís como fondo, Francisco fue acogido por tres jóvenes en representación de todos. En el comité de bienvenida también estaban el Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que coordina “Economy of Francisco”; Monseñor Domenico Sorrentino, obispo de Asís; las autoridades civiles y los miembros del Comité Organizador.
Luego, el Santo Padre se trasladó hacia el escenario del Teatro Lyrick, donde en estos días los jóvenes han tenido conferencias, talleres, sesiones de encuentro y espectáculos. El encuentro inició con un momento artístico-teatral, en el que se escucharon las voces del mundo, que manifestaron los principales miedos de la actualidad, como la guerra. “¿Cuánto queda de la guerra? ¿Cuándo terminará el inmenso dolor de nuestro pueblo y de todos los países en guerra?”, se preguntó Olena Komisarenko, una joven ucraniana. “¿Cuándo olvidará la tierra el arte de la guerra? ¿Cuándo aprenderemos el arte de la hospitalidad para todos los hombres, mujeres y niños de la tierra?”, interrogó, con una fuerte interpelación a todos.
“El profeta es centinela de la noche”
Para la siguiente joven que tomó el micrófono, las palabras del profeta Isaías, en el capítulo 21, versículos del 1 al 12, son “una gran enseñanza sobre la profecía, ayer y hoy”. Un canto que representa muchas cuestiones al mismo tiempo: la oración de la espera y de la esperanza en el tiempo de la noche, la espera y la esperanza de Dios, del amigo, del paraíso, de la justicia, de la paz.
Considerando al profeta como “centinela de la noche”, que “habita la noche, como todos, ignorante del tiempo del aurora”, agregó que “conoce la noche, es su tiempo, y no da respuestas que no puede dar”.
“La Economía de Francisco es economía profética”
Con música de fondo, Giulia dijo que la “Economía de Francisco debe ser profecía: cada uno de nosotros se sintió llamado por una voz, y aquí estamos hoy, fieles a la voz que nos ha llamado”. En un tiempo de cambios, como este, para Giulia no siempre tenemos las respuestas para dar, pero podemos siempre escuchar las preguntas de los jóvenes que piden otro mundo, otra economía: la Economía de Francisco.
Henrique, en portugués, sostuvo que no tienen las respuestas para todos los desafíos económicos de la era, pero pueden escuchar las inquietudes “de nuestros amigos, de las víctimas, de los niños, de la tierra, de los últimos: personas y realidades simbolizadas por los transeúntes con la linterna”. Una linterna que, como explicó Lourdes Hércules, miembro del staff de Economía de Francisco, de Guatemala, es “una luz pequeña, pero suficiente para dar el ‘siguiente paso’”. Por tanto, para los que les piden respuestas, aseguró convencida que tienen la linterna para dar juntos el próximo paso, el único que cuenta porque es el “nuestro”. Y a los que buscan una nueva economía, les dice: “Llega la mañana, pero todavía es noche. Si quieres preguntar, pregunta, vuelve y vuelve a preguntar. No te canses. Yo soy el que está. Somos las mujeres y los hombres de la escucha y del diálogo”.
Francisco, un amigo de los jóvenes
Los jóvenes recordaron que, en su carta de 2019, Francisco les escribía: “Los espero en Asís”. Destacaron que mantuvo su promesa como solo los verdaderos amigos saben hacerlo. “Tú, para nosotros, Papa Francisco, eres Padre, pero también eres nuestro amigo, en el significado que esta palabra tiene en el Evangelio”, subrayó. Los jóvenes deseaban que el tiempo se ralentizara, aseguraron, para poder contar al Pontífice los sueños, el ánimo, las expectativas, el trabajo, los proyectos, las ideas de todos ellos. “Nos hemos preparado, hemos rezado y ahora damos las gracias”.
Una intervención espontánea del Papa Francisco
Mientras los jóvenes lo escuchaban en silencio, con atención, unas palabras fuera de lo previsto provocaron la sonrisa cómplice y el aplauso efusivo de todos los presentes: “Si no tienen nada para decir, al menos hagan lío”. Es una invitación contundente que ha resonado en cada rincón del planeta, desde aquel 25 de julio de 2013 en Río de Janeiro, cuando lo dijo por primera vez en la Jornada Mundial de la Juventud. El Santo Padre pedía lío en las diócesis, quería que se saliera afuera, que la Iglesia saliera a la calle, que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Y los jóvenes han cumplido.
Las voces de la juventud de todas las latitudes
Enseguida, Francisco, desde su asiento, escuchó con interés los testimonios de ocho chicos y chicas, que compartieron sus experiencias. La primera fue la italiana Serena Lonta, estudiante del Doctorado en Economía, quien, en su camino hacia los estudios, hubo dos momentos fuertes, casi disruptivos: la publicación de la encíclica Laudato si’ y la carta de mayo de 2019, en la que los llamó a repensar la economía con el objetivo último de poner en pie la casa común que se está destruyendo. “Esas palabras me sacudieron como una rama en el viento tenaz de una buena tormenta. Dieron sentido a mis elecciones, unificaron mi profesión y mi elección ética”, reflexionó. Las sintió como una vocación, una llamada inesperada a la que respondió con entusiasmo, y hoy es consciente de que pertenece a un proceso amplio que puede compartir con otros economistas de todo el mundo.
Henri Totin, de Benín, se definió como un estudiante apasionado por las economías verdes y circulares. Para él, todo partió de una dificultad real y de la voluntad de transformar un problema grave en una oportunidad para los habitantes de Dango, en el valle de Ouémé. El jacinto de agua, explicó, es una planta acuática que invade la superficie de lagos y ríos en zonas especialmente húmedas, donde la vida se desarrolla en el agua, pues hay que cruzar los cursos de agua para moverse, circular, pescar, producir, ¡vivir!, exclamó Totin. “Los habitantes siempre han luchado contra esta planta invasora, pero la simple eliminación no era una solución, ya que se extiende y refuerza, ocupando las mismas zonas y proliferando constantemente”, añadió. Lo conmovió una tragedia familiar: la muerte de un hermano pequeño a raíz de la dificultad de atravesar el río que retrasó su llegada al hospital, y le hizo tomar conciencia de los problemas causados por la invasión del río por una especie vegetal comúnmente llamada togblé.
Luego de esta trágica experiencia, Henri se tomó en serio el problema junto con jóvenes de su comunidad, empezó a investigar cómo podía transformar la situación en una “oportunidad de redención” y finalmente llegó a la respuesta: “La transformación del jacinto, mezclado hábilmente con otros ingredientes naturales, en un compuesto mágico que, por un lado, tiene como principal objetivo convertirse en un excelente abono y, por otro, gracias a las fibras que se obtienen de su descomposición, también puede transformarse en objetos de arte, muebles y accesorios personales. Una especie de veneno transformado en lo que ahora llamamos "oro verde", un enfoque innovador que mejora la vida local y hace que la agricultura familiar de la región evolucione hacia algo organizado, resistente y ejemplar incluso para muchos territorios con condiciones similares”.
La gran reunión de Asís, un punto de inflexión
Facundo Pascutto se graduó como periodista y comunicador social y trabaja como profesor en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. También representa el proyecto “Cien Asís”. Buscando multiplicar y poner en práctica la palabra del Santo Padre a lo largo y ancho de la República Argentina, realizaron pequeños “Asís” en sociedades de fomento, clubes barriales, sindicatos, universidades, cooperativas, comedores comunitarios, unidades penitenciarias y pequeñas y medianas empresas. Tiene dos aristas: por un lado, brindar herramientas académicas, formación profesional, asesoramiento jurídico y contable a estas instituciones y, por otro, celebran “un Asís en cada una de ellas”.
En cada encuentro buscan que haya representantes de todos los sectores, incluida la Iglesia, pues pretenden fomentar el diálogo entre los diferentes actores.
“Me siento escuchada y comprendida”
Lily Ralyn Satidtanasarn, activista medioambiental en Tailandia, se reunió con múltiples ministerios gubernamentales, grandes empresas minoristas y más personas en el poder de las que puede contar en los últimos 5 años de mi activismo, pero ante todo es miembro de la juventud que lucha por su futuro. Comenzó su activismo a los ocho años.
Vio los efectos del cambio climático y de la contaminación por plásticos, esparcidos por la arena y flotando en el océano que tanto ama. “Ningún niño debería estar expuesto a las duras realidades del mundo y que se le diga que es demasiado pequeño para cambiar las cosas. Sabía que esto no era correcto y que algo tenía que cambiar, pero aprendí que el cambio debe ser primero interno” afirmó.
Empezó a transmitir este mensaje en sus comunidades locales, comenzando con algo pequeño, pero se dio cuenta de que el cambio no podía hacerse individualmente y pidió ayuda. Llamó al gobierno local y les contó el daño de los plásticos de un solo uso y su intención de dejar de usarlos. Escribía cartas al gobierno expresando su preocupación, solo recibía como respuesta que era demasiado joven para preocuparse por los problemas del mundo, que debía centrarse en sus estudios y ser un “niño normal”, pero para él ser un “niño normal” significaba tener moral y luchar por ella. Finalmente, después de un camino tortuoso, a principios de 2020, se prohibieron en todo el país las bolsas de plástico de un solo uso en más de 70 grandes comercios de Tailandia.
“Me hicieron realizarme profesional y espiritualmente”
Samuel Lekato, un joven de Kenia, saludó a los asistentes en nombre de Dios Todopoderoso y calificó su participación como una “noble oportunidad”. Es un joven de Amboseli e hijo de un nómada en Maasailand que tiene grandes sueños. Recién graduado de la universidad con una licenciatura en economía y estadística, comenzó su andadura profesional como profesor voluntario en una guardería de una aldea maasai, donde dirige servicios comunitarios, creando conciencia, siendo conservacionista y un educador de la comunidad.
El equipo de Economía de Francisco lo recibió cálidamente, le permitieron conseguir muchos logros al servicio de su comunidad, hizo amigos y mentores dentro de los equipos. “Mediante el trabajo en equipo y el amor, los miembros hicieron enormes contribuciones a mi vida y a mi comunidad”.
La situación de la mujer en Afganistán
A continuación, una mujer afgana expuso la cruda realidad de las mujeres en el país. "Las mujeres ya no son libres, no pueden estudiar ni trabajar", señaló.
Farms of Francesco: El ver y actuar
Mateusz Ciasnocha, agricultor del norte de Polonia, habló sobre la historia de Farms of Francesco, una experiencia que surgió de la Economía de Francisco.
"Estamos en una misión de conexión de dos mundos y dos palabras: la agricultura y la justicia que inicialmente reunió a nuestro equipo a la Economía de Francesco a raíz de su invitación de 2019. Si hay dos palabras que describen mejor la Granja de Francesco, esas son ver y actuar. Cuando pienso en la Granja de Francisco, veo rostros de personas y procesos".
Los jóvenes se comprometen a construir una economía evangélica
Al final del bloque de testimonios, el Papa Francisco pronunció un amplio discurso. Enseguida, los jóvenes economistas, emprendedores, llamados a Asís desde todo el mundo, leyeron el pacto en el que, con la firma, sellaron su compromiso para gastar su vida de modo que la economía de hoy y mañana se convierta en una economía evangélica. ¿En qué consiste? Una economía de paz y no de guerra, que contrarreste la proliferación de armas, que cuide la creación, al servicio de la persona, de la familia y de la vida, respetuosa con cada mujer, hombre, niño, anciano y especialmente con los más frágiles y vulnerables. Luego de desarrollar la definición de esta nueva economía, los jóvenes establecen en el texto que "no es una utopía, porque ya la estamos construyendo. Y algunos de nosotros, en mañanas especialmente brillantes, ya hemos vislumbrado el comienzo de la tierra prometida".
El documento fue creado en procesos colaborativos entre los jóvenes de cada "aldea" (grupo temático), como aseguró María Virginia Solís, de Argentina, y referente del proyecto Economy of Francesco. En el caso del grupo sobre agricultura y justicia, creen en la construcción de puentes con los demás actores para crear un sistema alimentario más justo. Han vivido este proceso como una llamada personal, este evento significa un abrazo fraterno. Un abrazo fraterno para encontrarse y volver a casa con el entusiasmo renovado para transformar los sueños en acción.
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