Kazajistán, el Papa a los periodistas en el vuelo: gracias por su ayuda
Vatican News
Ha comenzado el 38º Viaje Apostólico Internacional del Papa Francisco, que viaja a Kazajistán para el "VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales". Tras dejar la Casa Santa Marta, el Santo Padre se trasladó en coche al aeropuerto internacional de Roma-Fiumicino, desde donde, a las 7.15 horas -a bordo de un A330 deITA Airways- partió hacia Nursultán. La llegada al aeropuerto Nursultán, la capital del país, está prevista para las 17.45 horas (13.45 hora de Roma). Como en cada viaje, Francisco saludó a los periodistas que le acompañan en el viaje: "Buenos días, muchas gracias por su presencia y su ayuda en este viaje", dijo. "¡Le deseo un buen viaje y un buen trabajo! Hablaremos cuando volvamos, gracias y que tengan un buen día".
Telegrama al Presidente de la República Italiana
En el momento de dejar el territorio italiano, el Santo Padre Francisco envió el siguiente telegrama al Presidente de la República Italiana, el Honorable Sergio Mattarella:
"En el momento en que me dispongo a dejar el suelo de Italia para realizar un Viaje Apostólico a Kazajistán para participar en el Congreso de los Líderes de las Religiones del Mundo y para encontrar a la población y a la comunidad católica, deseo dirigirle a ustes, señor Presidente, y a todos los italianos, mis cordiales saludos, que acompaño con deseos de serenidad y concordia, junto con una oración a Dios por el bien y el progreso de toda la Nación".
Siguiendo los pasos de Juan Pablo II para decir no a la guerra
El diálogo, el encuentro y la búsqueda de la paz entre las religiones y las culturas son las palabras clave de este viaje, como dijo, al presentar el Viaje, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni. Tres días y cinco discursos, incluida una homilía de Francisco, el segundo Papa que llega a Kazajistán después de Juan Pablo II, que visitó valientemente el país de los cosacos hace veintiún años, pocos días después del atentado terrorista contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono. Ayer como hoy, la guerra sigue siendo el fantasma más temible, incluso con la amenaza de la catástrofe nuclear que la distingue: es la tercera guerra mundial -ha dicho el Papa en varias ocasiones- una "locura" cuyo antídoto, que Francisco probablemente relanzará también desde el corazón de Asia, es la fraternidad universal, advertencia y corazón del compromiso diplomático y del magisterio del Pontífice argentino.
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