Déjense iluminar por los consejos y el testimonio de los ancianos
Vatican News
Al recibir a los trescientos participantes en la peregrinación de jóvenes procedentes de Bélgica, el Papa Francisco les ofreció algunos consejos, con su cercanía espiritual también a toda la juventud comprometida en las parroquias y comunidades cristianas de su país.
“¡Buenos días y bienvenidos!”, dijo el Santo Padre a los jóvenes peregrinos belgas con quienes se encontró, a las 11.00, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. Y tras manifestar su alegría por conocerlos, afirmó que “admira la audacia de su fe, su compromiso y su testimonio cristiano en una sociedad cada vez más secularizada”.
Futuro y presente de la Iglesia
Los valores de la fraternidad, la paz y la reconciliación
En efecto, Francisco les dijo también que la Iglesia los necesita, necesita “de su generosidad, de su alegría, de su deseo de construir un mundo diferente, impregnado por los valores de la fraternidad, la paz y la reconciliación”.
No tienen necesidad de ser superhéroes
El Santo Padre también consideró asimismo el hecho de experimentan la alegría y el entusiasmo, aunque a veces también miedo, las dificultades o las crisis.
De ahí que les haya recomendado que “su relación con Cristo debe ser sólida”. “Él – prosiguió diciendo el Papa – es el Amigo fiel que nunca decepciona”. Y les explicó que “el encuentro con Jesús les permite tener una mirada nueva sobre las situaciones, encontrar respuestas a sus preguntas, descubrirse capaces de asumir responsabilidades, de avanzar en la vida y de consolidar su fe a través de un diálogo sobre sus convicciones”.
Como embajadores de la juventud belga para la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud de 2023 en Portugal, el Papa Francisco los invitó a “cultivar la cercanía a todos los jóvenes, especialmente a los que viven en situaciones precarias, a los jóvenes migrantes y refugiados, a los jóvenes de la calle, sin olvidar a los demás, especialmente a los que experimentan una vida de soledad y tristeza”.
El Santo Padre los invitó a preguntarse: “¿Qué aporto yo personalmente para acercarnos a esta meta? ¿Cuál es mi contribución para una comunidad cristiana alegre?”.
Y añadió que es muy importante dejarse iluminar por los consejos y el testimonio de sus mayores.
La paz es una de sus luchas
En efecto, “creciendo en el diálogo con los – prosiguió Francisco –podemos formarnos una personalidad sólida para las luchas cotidianas y, además, ellos nos transmiten su fe y sus convicciones religiosas. Una de estas luchas es la de la paz”.
Y glosando la exhortación apostólica Christus vivit el Pontífice también les recordó que su vida "es un compromiso concreto a partir de la fe para la construcción de una nueva sociedad, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diferentes instancias, para hacer crecer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo”.
Elevar la mirada para afrontar los retos de la vida
Frente todos estos retos, el Papa les dijo que pueden sentirse “desanimados, no a la altura, desarmados e impotentes”. De ahí que haya reafirmado que “no tengan miedo”. Sino que sean creativos y que “eleven la mirada para afrontar los retos de la vida”.
Hacia el final de su alocución, el Papa volvió a decirles que nunca se cansen “de ser portadores del Evangelio allá donde vayan”. Y agregó que él sabe que son “generosos, llenos de entusiasmo, dispuestos a conquistar el mundo”. Por esta razón les aconsejó: "No se distraigan con las cosas triviales de la vida, que son muchas. Concéntrense en lo esencial, que brota de la amistad con Jesucristo".
Antes de despedirse los animó y felicitó por el trabajo que realizan en sus comunidades. Además, los encomendó al cuidado maternal de la Virgen María – cuyo Rosario “es una escuela de oración y de vida” – y a la intercesión de los jóvenes santos. Les dijo también que los acompaña a con su bendición para ellos y sus familias, incluida toda la juventud belga, y les pidió que no se olviden de rezar por él.
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