El Papa en el Dispensario de Santa Marta: No olvidemos a los niños de Ucrania
Antonella Palermo - Ciudad del Vaticano
La invitación a no olvidar a los niños de Ucrania y a los que también sufren injusticias en otros lugares. Este es el corazón de las pocas pero significativas palabras de Francisco que, al día siguiente de su cumpleaños, como es tradición en este tiempo de Adviento, participó en un momento de convivencia en el Aula Pablo VI con el Dispensario Santa Marta, el centro pediátrico activo en el Vaticano desde hace un siglo.
No olvides a los que sufren
Señalando una bandera de Ucrania, el Papa recordó:
Allí está escrito "Paz", y allí está la bandera de Ucrania. Tantos niños sufren por la guerra; y también sufren en otras partes por la injusticia. Si el Señor nos da esta alegría de celebrar la Navidad así, todos juntos, en paz, pensemos también en los que sufren y recemos por ellos, todos juntos.
El encuentro con los frágiles cuenta cuánta injusticia hay
Francisco da las gracias por este momento de celebración, "el circo", lo llama. Un momento compartido con familias y voluntarios del dispensario, familias ucranianas acogidas por el rector de la iglesia de Santa Sofía de Roma y la comunidad de las Hijas de la Caridad, algunas familias eritreas y amigos de los refectorios. El cardenal Krajewski, Limosnero Pontificio, también habría asistido, pero su nueva misión de distribuir la ayuda recogida para la población ucraniana le llevaba todavía esta noche al país que vive el drama de la guerra.
"Le agradecemos la oportunidad que nos da de estar al servicio de los amados de Jesús: los pequeños, los pobres, los descartados por la sociedad pero que son sus amados y predilectos, Santidad", dijo la directora Sor Anna Luisa Rizzello al introducir la celebración.
En torno a la labor solidaria que lleva a cabo el dispensario, hay "manos trabajadoras que intentan responder a las necesidades materiales, sanitarias y espirituales", subrayó la directora en su discurso de saludo. No falta la fraternidad compartida, dice, y observa: "El encuentro con lo frágil nos hace crecer en humanidad y nos hace experimentar cuánta injusticia, insensibilidad y sufrimiento se siembra en la tierra". Quienes acuden a la ayuda del dispensario nos enseñan, de nuevo con palabras de la hermana Rizzello, humildad, alegría, aprecio y gratitud.
El espacio para algunos testimonios y el canto del cumpleaños feliz al Papa aderezan el ambiente de alegre anticipación navideña entre quienes trabajan por los necesitados.
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