El Papa desde el avión: Una oración por los que murieron cruzando el Sáhara
Benedetta Capelli - Vatican News
Silencio y oración como caricia en la vida de los "sufrientes" y desesperados en busca de una nueva oportunidad. El Papa Francisco la pronuncia durante el vuelo de ida de Roma a Kinsasa, en la República Democrática del Congo, primera etapa de su 40º viaje apostólico que le llevará también a Sudán del Sur. Por debajo de él, los colores del desierto y del sol, el recuerdo de tantas vidas marchitadas en la arena bajo el peso de la fatiga, la sed y la violencia.
Gracias por acompañarme
Antes de la silenciosa e intensa oración, Francisco se dirigió a los periodistas presentes -unos 75 periodistas de 12 países, dos de ellos africanos- para darles las gracias por acompañarle en este viaje esperado desde hacía un año.
Francisco lamenta no haber hecho las rondas habituales para despedirse "pero hoy", dice, "no puedo". Permanece en su sillón, sintiendo "un poco de vergüenza de que todo el mundo venga aquí, podemos -concluye- saludarnos desde lejos".
Son varios los regalos que el Papa recibe de quienes le acompañan en el viaje. La periodista Eva Fernández, de Radio Cope, la emisora de la Conferencia Episcopal Española, regaló al Papa un fragmento de roca kiwu de la que extraen el coltán y le explicó que por cada kilo extraído mueren dos personas. Luego, un fragmento de lava del volcán Nyiragongo, a unos 12 km al norte de la ciudad de Goma, que provoca catástrofes.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí