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Encuentro del Papa con migrantes durante su visita a Lampedusa en 2013. Encuentro del Papa con migrantes durante su visita a Lampedusa en 2013. 

El Papa en Lampedusa, hace diez años el grito contra la indiferencia hacia los hermanos

El 8 de julio de 2013, Francisco llegó a la isla siciliana, en el primer viaje de su pontificado. Una visita fuertemente deseada, porque le conmovió el naufragio, en el canal siciliano, de una lancha neumática de migrantes. Momentos inolvidables el encuentro con algunos refugiados y la misa en Salina

Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano

El mar en calma de un día de verano, las aguas las del Mediterráneo. Una lancha patrullera de la Guardia Costera las surca frente a Lampedusa con el Papa Francisco a bordo, acompañado por decenas de embarcaciones, muchas de ellas de pescadores. Es el 8 de julio de 2013. Sobre esas aguas, frente a la "Puerta de Europa", el monumento en memoria de los migrantes muertos en el mar, en el extremo sur de la isla, el recién elegido Pontífice lanza una guirnalda de flores blancas y amarillas en recuerdo de quienes perdieron la vida en las travesías en busca de un futuro mejor. Esas imágenes dan la vuelta al mundo y permanecen imborrables. Conmovedor fue, poco después, su encuentro en Punta Favarolo con los inmigrantes. Recibido con cantos africanos, el Papa los saludó uno a uno e intercambió algunas palabras con algunos de ellos. Han pasado diez años desde aquel día, desde el primer viaje apostólico de Francisco, una visita "sobria y discreta", que el entonces director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, había anunciado sólo siete días antes y que el Papa había deseado vivamente, porque estaba conmovido por el naufragio, en el canal de Sicilia, de una lancha neumática de emigrantes procedentes de África.

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Los muertos en el mar, una espina en el corazón que hace sufrir

E inolvidables son también las palabras de Francisco pronunciadas en la homilía de la misa celebrada en el recinto deportivo Arena, con el altar montado sobre una pequeña barca. Ese pensamiento sobre las numerosas muertes en el mar que le impulsó a ir a Lampedusa "para rezar, para hacer un gesto de cercanía, pero también para despertar" las conciencias sobre los peligrosos viajes de los migrantes, que el Papa comparó con "una espina en el corazón que trae sufrimiento". Y a "nuestros hermanos y hermanas" los define como aquellos que "buscaron salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y paz; buscaron un lugar mejor para ellos y sus familias, pero encontraron la muerte", añadiendo que a menudo "quienes buscan esto no encuentran comprensión, no encuentran acogida, no encuentran solidaridad".

La cultura del bienestar nos hace insensibles a las necesidades del prójimo

Las personas que sueñan con Europa, antes de llegar, pasan "por las manos de los traficantes, de los que se aprovechan de la pobreza de los demás" y hacen de ella "una fuente de beneficios", señala Francisco, que invita a reflexionar sobre la muerte de los que no lo consiguieron, lanzando un fuerte llamamiento. "Hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna", afirma en el soleado recinto abarrotado de fieles en Salina, denunciando el desinterés por los hermanos. "La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles a los gritos de los demás", añade, porque "nos hace vivir en pompas de jabón" que son "la ilusión de lo fútil, de lo provisional, que lleva a la indiferencia hacia los demás, es más, lleva a la globalización de la indiferencia". La sociedad contemporánea es "una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar, de 'sufrir con': la globalización de la indiferencia nos ha robado la capacidad de llorar", dice el Papa, que invita a pedir perdón a Dios "por la indiferencia hacia tantos hermanos y hermanas" y por quienes "se han encerrado en su propio bienestar que lleva a anestesiar el corazón", señalando, sin embargo, el ejemplo de amor, caridad y acogida de los lampedusinos hacia quienes desembarcan en su isla.

Iniciativas en Lampedusa por el décimo aniversario de la visita del Papa

Diez años después de la visita del Papa Francisco a Lampedusa, y con motivo del Día del Mar que se celebra cada año el segundo domingo de julio, el Apostolado del Mar y la Fundación Migrantes promueven una serie de eventos en la isla siciliana. "Queremos recordar la llamada del Papa a acoger la vida humana y promover una cultura del mar como oportunidad de trabajo, encuentro y reciprocidad", explica en un comunicado don Bruno Bignami, director del Apostolado del Mar de la Conferencia Episcopal Italiana. "El Mediterráneo debe pasar de ser un cementerio a un término medio, un espacio de convivencia de las diferencias". Las celebraciones del aniversario, sobre el tema "¿Quién de nosotros lloró? El mar lugar de vida', arrancaron ayer. Hoy, a las 9.30 horas, partirá un recorrido conmemorativo desde el cementerio parroquial de San Gerlando hasta la Puerta de Europa, con discursos del alcalde de Lampedusa, Filippo Mannino, el arzobispo de Agrigento, monseñor Alessandro Damiano, Don Bignami, y el cardenal Francesco Montenegro. A las 21.00 horas se celebrará una mesa redonda, moderada por el periodista de Avvenire Nello Scavo, en la que participarán monseñor Gian Carlo Perego, arzobispo de Ferrara-Comacchio y presidente de la Fundación Migrantes, don Stefano Nastasi, antiguo párroco de Lampedusa, pescador, y dos refugiados del Centro Astalli. Por último, el domingo 9 de julio, a las 11.00 horas, el cardenal Montenegro presidirá la celebración eucarística que será retransmitida en directo por RaiUno.

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08 julio 2023, 09:41