Ángelus: "Tengo un sueño dentro: la paz. Gran dolor por Ucrania"
Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano
Él, “viejo”; ellos – un millón y medio – jóvenes. Juntos comparten un sueño: la paz. Paz para Ucrania "que sigue sufriendo tanto", paz para todas las zonas del mundo asoladas por "conflictos y guerras" que han impedido a los jóvenes asistir a la Jornada Mundial de la Juventud.
El Papa Francisco concluyó la JMJ de Lisboa con el rezo del Ángelus, después de la Misa, en el Parque Tejo. Y dirigiéndose a la marea humana de chicos y chicas de diferentes edades y procedencias que desde ayer, 5 de agosto, velaron en este Campo da Graça que mira al océano, abrió su corazón para una confesión personal.
Dolor por Ucrania
Y hablando de paz, el Papa dijo: “De manera particular, acompañamos con el afecto y la oración a quienes no han podido venir a causa de conflictos y de guerras”.
Los jóvenes, esperanza del mundo
La invitación fue a través de la oración del Ángelus para poner "el futuro de la humanidad en manos de María, Reina de la paz”.
Los once "obrigado" del Papa
Junto a todo esto, el Papa repitió once veces en su alocución la palabra "obrigado", "gracias" en portugués. Una palabra que resonó muchas veces en estos días y que – dijo dice Francisco – "no sólo expresa la gratitud por lo que se ha recibido, sino también el deseo de corresponder al bien".
"Obrigado", pues, al cardenal Manuel José Macário do Nascimento Clemente, patriarca de Lisboa, a la Iglesia y al pueblo portugués; "obrigado" al presidente Marcelo Rebelo de Sousa, presente en el Parque Tejo como en todos los actos de estos días; "obrigado" a las instituciones nacionales y locales, al clero local y a toda la ciudad de Lisboa:
También dio las gracias al cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y a todos los que prepararon estas jornadas, así como "a los que las han acompañado con la oración". Sin olvidar a los voluntarios, a quienes fue “el aplauso de todos por su gran servicio". Francisco se reunirá con ellos esta tarde en la Base Aérea Figo Maduro.
Mensaje a los chicos y chicas
Por último, una recomendación para todos los queridos jóvenes: “Dios ve todo lo bueno que ustedes son, y sólo Él conoce lo que ha sembrado en sus corazones. Ustedes se van de aquí y con lo que Dios sembró en su corazón. Háganlo crecer, cuídenlo con esmero”, les dijo.
Gracias a los abuelos
El Papa envió un saludo a los jóvenes "que no han podido estar aquí presentes, pero que han participado en las iniciativas organizadas por sus países por las Conferencias episcopales, por las diócesis; y pienso, por ejemplo, en los hermanos y hermanas subsaharianos reunidos en Tánger”.
"Y hay un último obrigado que quisiera subrayar al final", añadió el Papa Francisco hablando espontáneamente:
“Y de regreso a casa sigan rezando por la paz. Ustedes son un signo de paz para el mundo, un testimonio de cómo las diversas nacionalidades, las lenguas, las historias, pueden unir en lugar de dividir. Ustedes son esperanza para un mundo diferente. Gracias. ¡Sigan adelante!”.
Los santos patronos y dos personas especiales
"Un agradecimiento especial" del Obispo de Roma fue a quienes velaron por la JMJ desde lo alto, a saber, los santos patronos del evento. Uno, sobre todo, Juan Pablo II, que inició las Jornadas Mundiales de la Juventud.
“Finalmente, un último obrigado, se lo dirigimos a dos personas especiales, a dos protagonistas principales de este encuentro. Ellos estuvieron aquí con nosotros, y siguen estando siempre con nosotros; nunca pierden de vista nuestras vidas, aman nuestras vidas como ninguno podría hacerlo”.
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