Tratamiento dental gratuito para los pobres de Papa Francisco
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
Hay satisfacción en las palabras del cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, por la firma de un acuerdo sobre asistencia dental para los pobres. Ayer, en efecto, se firmó un acuerdo con el profesor Gianni Profita, rector de la Universidad UniCamillus, una universidad médica internacional de Roma, y el doctor Nicolò Vinciguerra, representante de la clínica romana "Madonna della Fiducia". El servicio que comenzará en septiembre se suma al que ya se presta en el Dispensario Santa Marta del Vaticano.
Para el Cardenal, se trata de un paso importante porque conoce las necesidades de las numerosas personas frágiles que, cada día, bajo la columnata de San Pedro, pueden encontrar asistencia médica en el Ambulatorio "Madre de la Misericordia". En esta instalación del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, creada en 2015 a instancias del Papa Francisco, se ofrece atención gratuita gracias al compromiso de 60 médicos, enfermeros y voluntarios. Cada año, de hecho, se prestan más de 14.000 servicios sanitarios, incluidos exámenes cardiológicos, ortopédicos y de laboratorio, a unas 6.000 personas.
Una colaboración en nombre de la caridad
"Los médicos - explica el cardenal Krajewski - realizarán primero un chequeo de los pobres que necesiten cuidados dentales y luego vuelven para llevarlos a la clínica Madonna della Fiducia, en el barrio de Appio Latino, donde podrán ser atendidos". El servicio comenzará en septiembre y se sumará a las diversas obras destinadas a los más necesitados, como las duchas, con la distribución a media mañana de un bocadillo y una pieza de fruta, y la propia clínica, junto a las iniciativas que se renovarán precisamente con vistas a la próxima Jornada Mundial de los Pobres, prevista para el 19 de noviembre. En el Mensaje del Papa para la Jornada sobre el tema: "No apartar la mirada de los pobres", Francisco exhorta al "realismo evangélico", a responder a las necesidades concretas. "Lo que ciertamente necesitan con urgencia -escribe el Pontífice- es nuestra humanidad, nuestro corazón abierto al amor. Y este servicio es, una vez más, una hermosa respuesta
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