El Papa a los participantes en el Leadership Summit: "Cultiven sueños grandes"

Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano

El Papa Francisco escribe a los participantes del Leadership Summit, la Cumbre de Liderazgo promovida por el Colegio San Carlo de Milán, una escuela católica, que se celebra los días 13 y 14 de octubre. Desea alentar su trabajo en el que, junto a profesores y educadores, en un momento "marcado por graves crisis sociales y climáticas", se proponen interrogarse sobre "cómo contribuir a cambiar el mundo". El Papa aprecia que los jóvenes tengan grandes sueños y puedan encontrar apoyo en los adultos. Por eso les ofrece una sugerencia diciendo:

Si quieren vivir el cambio como protagonistas, los invito a descubrir la fascinación inagotable de la persona de Jesús: Él hace nuevas todas las cosas; Él revela una autoridad distinta de la que exhiben los poderosos de ayer y de hoy. El suyo es un modo de transformar las situaciones que no abruma, sino que eleva, no constriñe, sino que libera. Jesús transforma al hombre desde dentro, incluido cada uno de ustedes, para que puedan expresar sus mejores energías y los talentos que tienen para explotar.

La "sensibilidad" integral que exige la realidad

A continuación, Francisco recomienda a los jóvenes que piensen en su propio crecimiento "no como un elevarse por encima de los demás, sino como un abajarse al servicio de los demás", siguiendo el ejemplo de Jesús. Al tratar de convertirse en protagonistas del cambio, los participantes en el Leadership Summit desean valorizar los cinco sentidos que Dios ha dado a la persona humana, pero el Papa recuerda que los llamados "sentidos espirituales" también contribuyen a la "sensibilidad" integral que requiere la realidad, es más, "iluminan y potencian" las otras dimensiones.

Luchar también por los jóvenes que no pueden ir a la escuela

A continuación, el Papa invita a los jóvenes a valorar las oportunidades que les ofrece la escuela y, recordando lo que dijo a los jóvenes en Río de Janeiro en julio de 2013, recomienda:

Tantos coetáneos suyos en el mundo, sobre todo muchachas, ni siquiera tienen la oportunidad de estudiar. Comprométanse también por ellos y luchen también por sus derechos. Porque la fe es "una llama que se hace cada vez más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos puedan conocer, amar y profesar a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia".