Francisco: Quien no lucha no es cristiano
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
En la tarde de este sábado 7 de octubre, el Papa Francisco presidió, en la Gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos, la Misa para el Cuerpo de la Gendarmería Vaticana con motivo de la fiesta de su patrono, San Miguel Arcángel, que cae el 29 de septiembre.
En su homilía, el Santo Padre comparó el trabajo de los gendarmes con una viña en la que el enemigo, como dice la primera lectura del Libro del Profeta Isaías (Is 5,1-7), según la liturgia del XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, entra de noche para arruinar y destruir lo que allí está plantado. La viña es también una imagen de la vida de cada uno, donde el bien y el mal luchan entre sí. Francisco afirma
"El Señor nos ha plantado a todos como sarmientos de una viña buena, pero el enemigo siempre viene a arruinarnos. Esta es la lucha de cada día: la tuya, la mía y la de todos nosotros. Quien no lucha no es cristiano, quien no sufre la tentación no es cristiano".
Es necesario custodiar la viña de cada uno de nosotros
"Todos somos pecadores, pero queremos seguir adelante y por eso debemos luchar contra el demonio que quiere entrar en nuestras vidas", continuó el Sucesor de Pedro, quien recordó que el arcángel Miguel ayuda en esta batalla:
"Debemos estar atentos y custodiar la viña: la viña de cada uno de vosotros, la viña de vuestras familias, de vuestros hijos y la viña, aquí, en el Vaticano, para que no entren brotes malos".
Para vencer, el diablo destruye
El pasaje del Evangelio de Mateo (Mt 21,33-43) que presenta la parábola de los campesinos que deciden tomar posesión de lo que se les ha confiado, nos dice que cuando el diablo quiere apoderarse de algo lo destruye. Una guerra que quiere destruirlo todo es una guerra sucia, observa el Papa, y el diablo intenta ganar destruyendo. Pero San Miguel -concluye- nos ayuda a expulsarlo.
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