Anunciar el Evangelio estando “en la encrucijada del hoy"
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco no renunció a esta presente esta mañana en la audiencia general. Su entrada en el Aula Pablo VI fue recibida con calurosos aplausos y gritos de "viva el Papa" dando testimonio así del afecto de los fieles y peregrinos que conocen la indisposición del Pontífice estos días.
Ayer por la tarde, la Oficina de Prensa de la Santa Sede anunció su renuncia forzosa, por obediencia a los médicos, a su viaje apostólico a Dubái del próximo viernes para asistir en la Cop28.
Una cita que a Francisco le apetecía mucho. El Papa se sentó y dio la bienvenida a todos, explicando que como todavía no está bien y su voz no es buena, sería monseñor Ciampanelli quien leería el texto de la catequesis y de los saludos.
El anuncio cristiano es para el hoy
La catequesis continuó sobre el tema de la pasión por el anuncio cristiano a la luz de la exhortación apostólica Evangelii gaudium. El aspecto que subrayó en esta ocasión fue el valor del tiempo presente. En efecto, el anuncio es para el hoy, ese hoy del que muchos se quejan, viendo las guerras, el cambio climático, las injusticias mundiales y las migraciones en curso, hasta la actual "crisis de la familia y de la esperanza".
En el texto leído por monseñor Ciampanelli, Francisco describió la cultura actual como una cultura basada en el individuo y en la primacía de la tecnología, en un concepto de libertad que rechaza todos los límites y no se preocupa por los más débiles.
El "pensamiento único" y la búsqueda del poder son tentaciones peligrosas
La uniformidad y los delirios de omnipotencia nos traen a la memoria la historia de la torre de Babel. La humanidad habla una sola lengua y quiere llegar hasta el cielo, pero Dios altera las cartas y restablece las diferencias. El llamado "pensamiento único" y la búsqueda de poder son tentaciones peligrosas, subrayó Francisco, por lo que el Señor con su intervención previene un desastre.
No mirar al pasado
El Papa recordó que en la Evangelii gaudium había pedido un anuncio del Evangelio que iluminara las relaciones entre las personas y con el medio ambiente y llegara "a los núcleos más profundos del alma de las ciudades" donde se desarrolla la vida, huyendo de la nostalgia y de toda rigidez:
Es necesario estar en la encrucijada de hoy
La Iglesia para el Santo Padre debe ser un estímulo al encuentro y a la unidad y su mirada al mundo debe ser acogedora y no expresión de un juicio distante. El Papa Francisco afirmó que para llevar a Jesús a los demás hay que "bajar a la calle, ir a los lugares donde se vive, frecuentar los espacios donde se sufre, se trabaja, se estudia y se reflexiona". No hay que tener miedo al diálogo, advirtió, es más, la confrontación y la crítica pueden ayudarnos, y concluyó:
Es necesario situarse en las encrucijadas de hoy. Abandonarlas empobrecería el Evangelio y reduciría la Iglesia a una secta. Frecuentarlas, en cambio, nos ayuda a los cristianos a comprender de forma renovada las razones de nuestra esperanza, a extraer y compartir del tesoro de la fe "cosas nuevas y cosas antiguas".
Resumen en español
Queridos hermanos y hermanas:
En las catequesis anteriores vimos que el Evangelio es alegría y es para todos. Y hoy agregamos un tercer aspecto: es para hoy, es decir, que el tiempo propicio para anunciar a Jesús es el momento presente. Esto significa que estamos llamados a testimoniar y compartir nuestra fe acogiendo como un don la cultura y el tiempo que vivimos, para iluminar los nuevos modos de relacionarse con Dios, con los demás y con todo lo creado.
Por eso, para evangelizar hoy es necesario que salgamos a los cruces de los caminos actuales, que vayamos a los lugares donde las personas cada día trabajan y estudian, sufren y reflexionan, para ser, con la fuerza y la luz del Evangelio, fermento de diálogo, de encuentro y de unidad.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, y para poder anunciarla aquí y ahora, el celo apostólico nos brinda audacia y creatividad; no nos lleva simplemente a repetir esquemas prefijados sino a encarnarnos en cada realidad.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine para que sepamos dar razones de nuestra fe y nuestra esperanza al mundo de hoy, no sólo con palabras sino con el testimonio de nuestra vida. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
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