El Papa: la Iglesia es un hospital de campaña en un mundo que margina y descarta

Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano

Las peregrinaciones de UNITALSI promueven la dignidad de quien sufre por la enfermedad y por la fragilidad, y dan testimonio del rostro de una Iglesia que está al lado de los más débiles. Francisco se reunió con la Unione Nazionale Italiana Trasporto Ammalati a Lourdes e Santuari Internazionali (Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y Santuarios Internacionales), a 120 años de su fundación por obra de Giovanni Battista Tomassi, y, dirigiéndose a los presentes en el Aula Pablo VI, abarrotada de miembros voluntarios, enfermos y discapacitados, reconoció el mérito de quienes realizan un "servicio precioso".

Su presencia numerosa y variada da testimonio de la belleza de una Iglesia que sabe acompañar, cuidar a los más débiles y anunciar el Evangelio en la caridad operosa. ¡Gracias por lo que hacen! No se cansen de ir contracorriente en un mundo que, en nombre del bienestar y de la eficacia a toda costa, margina y descarta.

Peregrinar, un viaje por la vida

Las palabras del Papa son un estímulo para seguir siempre adelante, como indican también los símbolos del logo del aniversario, "el bastón y las sandalias, signos del peregrino, y la Virgen". Se trata, dice, de "una invitación a mantener el espíritu de peregrinación, animados por el Evangelio, y a mantener la mirada en María". Las peregrinaciones de UNITALSI son, por tanto, "un bálsamo para las heridas de tantas personas discapacitadas, enfermas, ancianas o necesitadas de ayuda" que UNITALSI acompaña tanto en Lourdes como en otros santuarios, italianos y no.

Son viajes por la vida, viajes de curación -en diferentes dimensiones-, que promueven la dignidad de toda existencia humana, especialmente marcada por la enfermedad, la fragilidad y el sufrimiento. En los peregrinos -como lo somos todos nosotros en este mundo- se refleja el rostro de Cristo, que tomó sobre sí nuestras enfermedades para impregnarlas con la fuerza de la Resurrección.

La Iglesia, hospital de campaña

Acogida, hospitalidad y solidaridad son los valores de la peregrinación durante la cual UNITALSI hace encontrar a "personas sanas y enfermas, ancianos y jóvenes, consagrados y laicos " y que hace de la Iglesia un hospital de campaña, que prefiere la cercanía y la ternura a las palabras.

Así se convierte en signo vivo de una Iglesia que camina junta, que apoya a los que no llegan y que no quiere dejar a nadie atrás. Es la imagen de la Iglesia "hospital de campaña" que, como el buen samaritano, se acerca con compasión y venda las heridas derramando sobre ellas aceite y vino (cf. Lc 10, 34). Todo en silencio y con discreción, porque ante el sufrimiento, las palabras deben dejar espacio a la cercanía y a los gestos de ternura. Les encomiendo: ¡que éste sea siempre su estilo!

La fuerza de la Palabra de Dios

La UNITALSI es "un punto de referencia para las familias y las comunidades", al mismo tiempo que es un refugio "para la vida en la fragilidad". También lleva a cabo "una labor de evangelización y apostolado", con los hechos y con el ejemplo, "con un anuncio que tiene el sabor de lo concreto". Éste es el lenguaje que "puede hablar a todos", dice Francisco, como lo hace el Evangelio, que narra cómo "la gente buscaba a Jesús porque en Él sentían el poder de Dios que cura, de Dios que perdona, de Dios que consuela, de Dios que da esperanza".

Que la Palabra de Dios sea siempre su alimento y su "bastón", que los sostenga en el camino, para que no desfallezcan ni siquiera cuando el camino se hace arduo y las fuerzas parecen flaquear.

Mirar a María para ayudar a los más indefensos

Francisco se despidió de los presentes contemplando la imagen de Nuestra Señora de Lourdes, llevada en peregrinación por toda Italia, con motivo del aniversario, y llegada hoy al Vaticano. Les recomienda que sigan buscando a la Virgen, "contemplándola, invocándola, poniendo a sus pies los trabajos, las angustias, el dolor que cada uno lleva consigo".

En estos días previos a la Navidad, la figura de María se nos presenta aún más familiar, más cercana: mirémosla y dejémonos mirar por ella, para aprender a decir "sí", a acoger sin miedo los planes de Dios y a cuidar de los más pequeños e indefensos.