Francisco: El trabajo es dignidad, la precariedad deshumaniza
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
"LaborDì: una obra para generar trabajo", es una iniciativa promovida por las Acli de Roma (Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos) este año en su segunda edición. Se celebra hoy, 13 de diciembre, con la participación de unos 1.200 estudiantes de 20 escuelas y 45 organizaciones y empresas en el Auditorium della Tecnica de la capital. El objetivo de la jornada es poner a los jóvenes en contacto con el mundo empresarial, proporcionarles información y formación a través de 80 talleres y cientos de entrevistas. El evento "LaborDì" cuenta con el patrocinio de la Diócesis de Roma, la Ciudad Metropolitana de Roma, la Región del Lacio, la Cámara de Comercio de Roma, Unindustria y Manager Italia.
El trabajo entre la sensación de vacío y la prisa febril
El trabajo es un tema muy cercano al Papa Francisco. En el mensaje dirigido a los participantes, trata de imaginar los sentimientos con los que los jóvenes de hoy se acercan al mundo del trabajo y utiliza la imagen de una obra de construcción para destacar dos aspectos contrapuestos del mismo, "la sensación de vacío cuando no hay gente trabajando" y la "prisa febril" cuando está en actividad. El primer aspecto evoca la ausencia de trabajo, una herida a la dignidad de las personas a las que quita la planificación, pero también expresa "el equilibrio precario" al que tantas personas están condenadas por falta de un empleo "suficientemente estable". Subraya el Papa:
"Ante esta sensación de vacío muchos, desconcertados y desmotivados, desisten y se van a otra parte, pero esto, además de causar amargura, constituye una derrota, porque recursos no faltan y deben utilizarse para realizar sueños concretos, como el de un trabajo estable y duradero, el de una familia que formar, el de tiempo para dedicar libremente a los demás en el voluntariado".
Hay que superar la precariedad y la inseguridad
Francisco piensa en particular en los jóvenes que ven pasar los años con la sensación de que nunca alcanzarán la meta deseada, y por eso, dice, "vuestra iniciativa me llega al corazón".
"Contratos de duración determinada, empleos tan cortos que te impiden planificar tu vida, bajos ingresos y escasa protección parecen ser las paredes de un laberinto del que no encuentras la salida. Queridos jóvenes, necesitáis como el pan que alguien os coja de la mano y os ayude a superar esta precariedad y sensación de vacío, sacándoos de las arenas movedizas de la inseguridad".
Cuidado con el trabajo mercantilizado
El segundo aspecto que sugiere la imagen de la obra es la "prisa febril" que suele haber allí donde se trabaja. La prisa febril fotografía el imperativo de la productividad y las demandas cada vez más exigentes que caracterizan a gran parte del trabajo actual, un "trabajo aplastante". El Papa lo describe así:
"Presión constante, ritmos forzados, estrés que provoca ansiedad, espacio relacional cada vez más sacrificado en nombre del beneficio a toda costa. Es un trabajo 'mercantilizado', que crece en nuestro contexto, dominado por un mercado que se hace cada vez más acelerado y complejo para ser competitivo. (...) un trabajo deshumanizado, donde las tecnologías modernas, como la inteligencia artificial y la robótica, amenazan con sustituir la presencia humana."
El trabajo produce confianza y esperanza
El Papa tampoco olvida la "escandalosa y preocupante cuestión de la falta de seguridad en el trabajo", que sigue causando demasiadas víctimas. A pesar de todo, Francisco insta a los participantes en la iniciativa Acli, a "no perder la esperanza" subrayando que es precisamente el trabajo, el sentirse útil a los demás, lo que produce esperanza.
"La esperanza, de hecho, no es optimismo que depende de las circunstancias, sino confianza que se engendra a través de la construcción comprometida y participativa del bien común. El trabajo, por tanto, es el protagonista de la esperanza, es la forma de sentirse activos en el bien como servidores de la comunidad, porque ocuparse de los demás es la mejor manera de no preocuparse por cosas inútiles".
Superar las oposiciones para proyectar juntos el futuro
El Papa Francisco subraya el valor de generatividad que encierra "LaboDì", el trabajo debe de hecho generar vida, y por último el deseo del proyecto de crear "conexiones duraderas" entre los que buscan empleo y los que pueden ayudar a los jóvenes a aprovechar las oportunidades de su zona y adquirir las herramientas necesarias. El mensaje concluye con una invitación a un compromiso común, el único capaz de afrontar los grandes problemas de la natalidad, la crisis medioambiental y el empleo en Italia:
"Labordì implica a la Iglesia, al mundo de la educación, a las instituciones, al tercer sector, a los sindicatos, a las asociaciones, a los empresarios y a las empresas, que deben captar la riqueza de los jóvenes y de sus sueños. Qué importante es pensar y planificar el trabajo juntos, sin contraposiciones ideológicas ni aislamientos estériles: no dará fruto la lógica de los fanatismos, sino la de la colaboración".
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