Apoyo y oraciones del Papa por la labor de la hermana Paësie en Haití
Jean-Charles Putzolu - Ciudad del Vaticano
La hermana Paësie está siempre ocupada con su "pequeño rebaño" de niños de la calle, pero cuando encuentra tiempo para atender el teléfono, a menudo es para solucionar un problema. El sábado 3 de febrero, hacia la una de la tarde, la situación era muy distinta. Al otro lado de la línea, el Papa quería hablar con la religiosa francesa, que desde 1999 se encuentra en Puerto Príncipe para dedicarse a la atención de los niños del mayor barrio desfavorecido de la capital, Cité Soleil, donde la organización "Famille Kizito" se ocupa de 2.500 niños.
En el transcurso de la conversación, el Papa encontró las palabras para animarla en su misión, según contó en entrevista concedida a Vatican News.
Hermana Paësie, ¿cómo acogió la llamada del Papa Francisco?
Fue una gran sorpresa para mí. Cuando sonó mi teléfono, obviamente no esperaba en absoluto que me llamara el Santo Padre. Me envió un mensaje de ánimo y me dio las gracias por estar ahí para los niños. Me aseguró sus oraciones. Eso me conmovió mucho. Lo que más me impresionó durante la llamada fue la voz del Santo Padre. Sentí una gran dulzura y amabilidad. Obviamente, lo compartí con mi comunidad, mi equipo y algunos de los niños. Esto provocó alegría y esperanza en muchas otras personas, porque esta llamada no era solo para mí, era realmente un gesto hacia los niños y las personas más pobres de Haití.
Usted vive su día a día en un contexto de violencia, ayudando a los más pobres. ¿Cómo es su día a día en el barrio desfavorecido de Cité Soleil?
Desde hace varios años, en los barrios populares se producen enfrentamientos entre grupos armados. Las bandas son cada vez más poderosas y ya no se limitan a los barrios populares, sino que están presentes en prácticamente todos los distritos de la capital e incluso en varias ciudades del interior. Como consecuencia, la gente vive con verdadero terror a ser asaltada en cualquier momento. Cuando una banda invade un barrio, todo el mundo tiene que correr. Se ve a la gente correr con sus hijos. Se incendian casas y esto paraliza por completo las actividades del país. Y como los más pobres viven al día dependiendo de los mercados, cuando la situación empeora, cuando hay violencia en las calles, tiroteos y barricadas, los mercados no pueden funcionar. Esto aumenta enormemente la pobreza y el hambre.
Tras el secuestro de seis religiosas el mes pasado, ¿se siente segura? ¿Y por qué las bandas atacan a miembros del clero mientras la Iglesia está al lado de los más vulnerables?
Los secuestros en Puerto Príncipe afectan a todos los sectores de la sociedad. Algunas personas pueden ser un objetivo especial, por ejemplo, los más ricos, que son secuestrados a cambio de un rescate. A veces también son secuestrados transeúntes ordinarios, pasajeros de transportes públicos, personas que no son especialmente ricas. En el caso de las seis religiosas, es difícil de decir. No tuve la sensación de que la Iglesia fuera especialmente el objetivo. Actuaron con la esperanza de obtener un rescate. A veces depende del estilo de vida de las personas consagradas, sacerdotes o religiosas. En la mente de la gente, algunos pueden estar asociados a la categoría de los "más ricos", pero no se puede generalizar. En virtud de su función, algunos religiosos están realmente cerca de los pobres, otros lo están menos.
La violencia ha causado el desplazamiento de más de 300.000 personas, según cifras de la ONU. Sabemos que la mayoría de estas personas viven ya en condiciones precarias, en barrios precarios. ¿Dónde se refugian las familias desplazadas?
Es una pregunta muy importante, porque de hecho no hay sitios, nada realmente organizado para acogerlas. Y casi cada semana, nuevos barrios son invadidos, por lo que cada vez, miles de personas tienen que huir y a menudo no pueden volver a casa. Porque una vez que un barrio ha sido invadido por una nueva banda la gente no se siente segura. Muchas personas han muerto intentando volver a casa. La mayoría de las veces, la gente va a quedarse con un pariente, que suele acogerlos al principio. Pero esto solo dura unos días, porque rápidamente se hace insoportable. Las familias ya están en casas pequeñas, a menudo con una sola habitación y fácilmente una docena de personas. Cuando llega una nueva familia, es realmente muy difícil. Además, las personas que llegan a menudo lo han perdido todo y dependen de la familia de acogida. Es realmente complicado. Ahora vemos a gente durmiendo en la calle con sus hijos, algo que antes no existía en Puerto Príncipe.
Usted acude en ayuda de muchos niños de la calle, niños abandonados. Sin la Iglesia, sin vuestra acción, ¿cuál sería su futuro?
Estarían abandonados a su suerte y vivirían en la pobreza. ¿Qué sería de ellos? Sólo el Señor lo sabe. Pero hace unos días, algunas madres me dijeron: "Hermana, si no fuera por usted, estaríamos todas muertas". Creo que exageraban un poco, pero es lo que sienten. Al menos, eso es lo que expresaban. A veces, incluso me pregunto cómo hace la gente para sobrevivir cuando pasan varios días sin comer y realmente no tienen nada. El Señor está presente. Creo que esa es realmente la respuesta. Él está presente para ellos. Puede que esté presente a través de mí o de alguna otra manera. Pero nunca abandona a sus hijos.
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