El Papa destaca el genio femenino en el mundo rural
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
“Las familias que se dedican a la agricultura son encomiables por la forma solidaria de su trabajo, así como por el estilo respetuoso y delicado con el que cultivan la tierra”, escribe el Papa Francisco en su mensaje a los participantes en la VIII Conferencia Global del Foro Rural Mundial que tiene lugar del 19 al 21 de marzo en el Palacio Europa de Vitoria-Gasteiz, en España. Bajo el tema “Agricultura familiar: sostenibilidad de nuestro planeta” cerca de 200 representantes de alto nivel se reúnen para promover el reconocimiento del rol central, estratégico e integral de la agricultura familiar en la transformación de los sistemas alimentarios del futuro.
Para el Santo Padre, las familias “son clave para hacer que los sistemas agroalimentarios sean más inclusivos, resilientes y eficientes”. Al mismo tiempo, subraya que “por desgracia, no obstante su protagonismo en el progreso de sus pueblos y su considerable aporte en la producción global de alimentos, siguen siendo golpeadas por la pobreza y la escasez de oportunidades”.
Consciente de los complejos retos que han de encarar cotidianamente, el Pontífice se dirige a las familias de los pequeños agricultores con una palabra de aliento, haciéndoles llegar la cercanía de la Iglesia y reiterando la llamada a prestar atención a sus necesidades humanas, espirituales y sociales, además de las propiamente técnicas.
Francisco plantea que “la empresa familiar, más allá de ser un ente productivo, es el lugar al que pertenecen las personas, aquel espacio en el que se sienten comprendidas y valoradas en sí mismas por su dignidad, y no únicamente por lo que producen o por los resultados que consiguen”. “De ahí la importancia, añade, de fortalecer los vínculos que unen a sus miembros, de respetar sus tradiciones religiosas, depósitos culturales y prácticas agrícolas”.
El Sucesor de Pedro resalta “el papel insustituible del genio femenino en este contexto” y explica que “las mujeres rurales representan una brújula segura para sus familias, un punto de apoyo firme para el progreso de la economía, especialmente en los países en desarrollo, donde no sólo son beneficiarias sino verdaderas impulsoras del progreso de las sociedades en las que viven”.
También menciona el puesto de los jóvenes en la agricultura, diciendo: “La verdadera revolución para un futuro alimentario comienza con formar y potenciar a las nuevas generaciones”.
Francisco invoca la bendición de Dios sobre las deliberaciones de este encuentro, “para que, reconociéndose el papel de la familia rural, avancemos en la erradicación del hambre, la reducción de las desigualdades, así como en el cuidado y la salvaguarda de nuestro planeta”.
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