El Papa: Con gran corazón recemos por la paz definitiva
Vatican News
Recemos por la paz: no olvidemos la atormentada Ucrania; no olvidemos Palestina, Israel, Myanmar.
Con estas palabras, el Papa Francisco reitera su invocación por la paz, al término de la audiencia general. E invita nuevamente a rezar por los pueblos que sufren la guerra:
Recemos por la paz, recemos por todos los pueblos que sufren la guerra. Todos juntos, con gran corazón, recemos para que haya paz definitiva, y ninguna guerra, ninguna. Porque la guerra es siempre una derrota: ¡siempre!
La oración por Afganistán
Antes de saludar a los peregrinos italianos, el Papa dirige su pensamiento al pueblo de Afganistán, “gravemente afectado por las trágicas inundaciones que se han cobrado muchas vidas, incluidos niños, y siguen causando daños en muchas casas”, asegura sus oraciones e insta a proporcionar la ayuda necesaria para proteger a los más necesitados:
Rezo por las víctimas, en particular por los niños y sus familias, y hago un llamamiento a la comunidad internacional para que proporcione inmediatamente la ayuda y el apoyo necesarios para proteger a los más vulnerables.
Según la ONU, al menos 300 personas han muerto y otras varias están desaparecidas. Las inundaciones han destruido miles de casas y edificios, muchas zonas han sido evacuadas y hay graves daños en carreteras e infraestructuras, especialmente en las provincias de Baghlan, Ghor y Herat, mientras que en la provincia de Badakhshan, en la frontera con Tayikistán, las autoridades locales estiman la pérdida de unas dos mil cabezas de ganado.
Una campana por los niños no nacidos
Poco antes, en su saludo a los fieles polacos, Francisco, con la mirada puesta en la próxima solemnidad de Pentecostés, subrayó que “el Espíritu Santo nos eleva siempre a un gran amor desinteresado hacia los pobres, los enfermos y los indefensos, como los niños aún no nacidos”, a quienes está dedicada la campana, traída a la plaza "desde Polonia, llamada 'La voz de los no nacidos'".
Recordará la necesidad de proteger la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.
La iniciativa fue ideada por “la Fundación polaca ‘Sí a la vida’, que lleva el nombre de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y fue bendecida por el Papa”.
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