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El Papa Francisco a la hora del Regina Coeli del 12 de mayo 2024, Solemnidad de la Ascención del Señor El Papa Francisco a la hora del Regina Coeli del 12 de mayo 2024, Solemnidad de la Ascención del Señor  (Vatican Media)

El Papa: Sigamos el camino indicado por Jesús y realicemos obras de amor

En la solemnidad de la Ascensión del Señor, que la Iglesia de muchos países celebra hoy domingo 12 de mayo, el Pontífice exhorta a seguir a Jesús que nos muestra la belleza de la Patria hacia la que nos encaminamos. "Nosotros, la Iglesia, somos precisamente ese cuerpo que Jesús, ascendido al Cielo, arrastra consigo como en una “cordada”. Al final, el llamamiento del Pontífice para que se haga un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania. El saludo afectuoso a las madres en su día.

Cecilia Mutual - Vatican News

Para subir al Cielo con Cristo debemos avanzar unidos, alejarnos de las mezquindades, estar cerca de los que sufren, y no quedarnos anclados en las cosas pasajeras, el dinero, los placeres, los éxitos, sino practicar las obras de amor. Es la indicación del Papa Francisco en su alocución previa a la oración del Regina Coeli en la Solemnidad de la Ascensión del Señor.

En su catequesis, el Pontífice reflexiona sobre el pasaje del Evangelio de Marcos que narra la Ascensión del Señor y utiliza un paralelismo con el camino en cordada por las montañas.

La Iglesia, cuerpo unido que Jesús lleva consigo hacia la meta

“El regreso de Jesús al Padre se nos presenta no como un alejamiento de nosotros, sino sobre todo como un modo de precedernos hacia la meta”, afirma el Papa y ejemplifica: “Como cuando en la montaña se sube hacia la cima: se camina, con fatiga, y finalmente, en un recodo del sendero, el horizonte se abre y se ve el panorama. Entonces todo el cuerpo vuelve a encontrar la fuerza para afrontar la última subida. Todo el cuerpo – brazos, piernas y todos los músculos – se tensa para llegar a la cumbre. Y nosotros, la Iglesia, somos precisamente ese cuerpo que Jesús, ascendido al Cielo, arrastra consigo como en una ‘cordada’”.

Es Él quien nos desvela y nos comunica, con su Palabra y con la gracia de los Sacramentos, la belleza de la Patria hacia la que nos encaminamos.

Del mismo modo también nosotros, sus miembros, como los escaladores que tienen que estar unidos para llegar a la cima, “subimos con alegría junto a Él, la cabeza, sabiendo que el paso de uno es un paso para todos - precisa el Papa - y que nadie debe perderse ni quedar atrás porque somos un cuerpo solo. Paso a paso, peldaño a peldaño, Jesús nos muestra el camino. ¿Cuáles son esos pasos a dar?”

Realizar obras de amor

El Evangelio hoy dice: “Anunciar el Evangelio, bautizar, expulsar a los demonios, enfrentar a las serpientes, sanar a los enfermos” (cf. Mc 16,16-18); en resumen, llevar a cabo las obras del amor: dar la vida, llevar la esperanza, mantenerse alejado de todo mal y mezquindad, responder al mal con el bien, estar cerca de quien sufre. Y cuanto más hacemos esto, más nos dejamos transformar por su Espíritu, más seguimos su ejemplo y más, como en la montaña, sentimos que el aire en torno a nosotros se vuelve ligero y limpio, el horizonte amplio y la meta cerca, las palabras y los gestos se convierten en buenos, la mente y el corazón se agrandan y respiran.

¿Está vivo en mí el deseo de vida eterna?

El Pontífice invita entonces a preguntarnos: “¿Está vivo en mí el deseo de Dios, de su amor infinito, de su vida que es vida eterna? ¿O estoy aplanado y anclado a las cosas pasajeras, al dinero, al éxito, a los placeres? Y mi deseo del Cielo, ¿me aísla, me cierra o me lleva a amar a los hermanos con ánimo grande y desinteresado, a sentirlos compañeros de camino hacia el Paraíso?”

Al concluir su reflexión, el Santo Padre se encomienda a María, para que ella, que ya llegó a la meta, “nos ayude a caminar juntos con alegría hacia la gloria del Cielo”.

 

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12 mayo 2024, 12:24

¿Qué cosa es el Regina Coeli?

La antífona del Regina Coeli (o Regina Caeli) es una de las cuatro antífonas marianas (las otras son el Alma Redentoris Mater, el Ave Regina Coelorum y el Salve Regina).

Fue el Papa Benedicto XIV, en 1742, en prescribir que fuera recitada en vez del Ángelus y estando de pie, como signo de victoria sobre la muerte, durante el Tiempo Pascual, es decir, del domingo de Pascua hasta el día de Pentecostés.

Es recitada, como el Ángelus, tres veces al día: al alba, a mediodía y al ocaso, para consagrar la jornada a Dios y a María.

Esta antigua antífona se remonta, según una pía tradición, al VI o al X siglo, mientras su difusión está documentada desde la primera mitad del XIII siglo, cuando es introducida en el Breviario franciscano. Está compuesto por cuatro breves versos cada uno de los cuales se concluye con el Aleluya, y es la oración que los fieles dirigen a María, Reina del Cielo, para gozar con ella de la resurrección de Cristo.

El Papa Francisco, el 6 de abril de 2015, justamente durante la oración del Regina Coeli el día después de Pascua, ha aconsejado cual debe ser la disposición del corazón cuando se recita esta oración:

“… nos dirigimos a María invitándola a alegrarse, porque Aquel que ha llevado en su vientre ha resucitado como había prometido, y nos encomendamos a su intercesión. En realidad, nuestra alegría es un reflejo de la alegría de María, porque es Ella que ha custodiado y custodia con fe los eventos de Jesús. Recitemos pues esta oración con la emoción de los hijos que son felices porque su Madre es feliz”.

Últimos Ángelus / Regina Coeli

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