Francisco se reúne con los obispos de Malta
Gabriella Ceraso y Tommaso Chieco - Ciudad del Vaticano
"Una experiencia extraordinaria" la vivida en una semana por los obispos malteses, en Roma para la visita ad Limina. Así habló a los medios vaticanos monseñor Charles Scicluna, presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo metropolitano de Malta, compartiendo los momentos más destacados de esta significativa peregrinación que, como un círculo perfecto, se abrió con la misa en la tumba de Pedro -un momento de profunda espiritualidad- y se cerró con una celebración en la tumba del apóstol Pablo, "nuestro apóstol", "el que nos trajo la fe, el encuentro con Jesús resucitado".
Compartir y dialogar en los encuentros con la Curia
En los diversos encuentros con los principales representantes de la Curia, los obispos malteses tuvieron ocasión de compartir "no sólo las alegrías, sino también las fatigas de la misión pastoral", en un "contexto fraterno" marcado, según monseñor Charles Scicluna, por una voluntad de "diálogo, ayuda mutua, puesta en común y discernimiento".
La invitación del Papa: sean misioneros de la misericordia
El momento culminante de la visita fue, para todos, el encuentro con Francisco, un acontecimiento que monseñor Scicluna resumió con dos palabras: "misericordia y compasión". El Papa, de hecho, explica el arzobispo, instó a cada prelado a ser "un misionero de la misericordia hacia los sacerdotes, las familias y la sociedad". El Pontífice subrayó también la importancia de trabajar y rezar para que "el Señor siga enviando obreros a la viña": "la misa es mucha, pero los obreros son pocos".
Nuevo impulso misionero en las islas
Monseñor Scicluna destacó, por último, cómo el Papa apreció el ímpetu misionero que siempre ha caracterizado a las islas de Malta y Gozo, agradeciendo el "renovado celo presente en la comunidad". "Estamos muy, muy contentos con este nuevo soplo de celo misionero", dijo el presidente de la Conferencia Episcopal, "y también queremos dar gracias al Señor por este don que nos confirma como obispos de Malta y Gozo en la fe, la esperanza y la caridad". Ha sido, por tanto, una "experiencia extraordinaria", que ha representado un momento de confirmación y renovación para los obispos malteses, reforzando su compromiso pastoral y su misión de guiar a sus comunidades con misericordia y compasión.
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