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Don Giacomo Tantardini con el cardenal Jorge Mario Bergoglio - Roma, 2012 Don Giacomo Tantardini con el cardenal Jorge Mario Bergoglio - Roma, 2012  (Paolo Galosi)

Leer y meditar los sermones del padre Tantardini es bueno

Ha salido a la luz el volumen «Es hermoso dejarse caer en los brazos del Hijo de Dios», publicado por la LEV y editado por Massimo Borghesi, que recoge las homilías del sacerdote, hijo espiritual de don Giussani, en San Lorenzo fuori le Mura (2007-2012). El prefacio lo firma Francisco: «Durante demasiado tiempo hemos reducido el cristianismo a un código de reglas o a un esfuerzo voluntarista, pero todo moralismo nos deja al final una sensación de fracaso y tristeza». La gracia es la protagonista

Papa Francisco

Este libro recoge los sermones de don Giacomo Tantardini, sacerdote de origen lombardo que ejerció su apostolado casi por entero en la Ciudad Eterna con gran pasión. A lo largo de los años, sus homilías han alimentado espiritualmente a miles de jóvenes y no tan jóvenes que abarrotaban la basílica de San Lorenzo Extramuros los sábados por la tarde. Nadie se distraía cuando predicaba: cada palabra se quedaba en el corazón e iluminaba la vida.

Fue en esta iglesia paleocristiana, donde se veneran las reliquias del santo diácono Lorenzo, donde también conocí a don Giacomo. Como mencioné en la revista mensual 30 Giorni con motivo de su fallecimiento en el 2012, la última imagen que conservo de él es «durante la ceremonia de confirmación en San Lorenzo Extramuros, con las manos juntas, los ojos abiertos y asombrados, sonriente y serio al mismo tiempo» (Il mio amico don Giacomo, 30 Giorni, nº 5, 2012). Estaba ya gravemente enfermo, rezamos por su salud... y dio las gracias con un gesto que era de esperanza de recuperación y, al mismo tiempo, de confianza.

Portada del libro publicado por la Libreria Editrice Vaticana “Es bello dejarse llevar en los brazos del Hijo de Dios”
Portada del libro publicado por la Libreria Editrice Vaticana “Es bello dejarse llevar en los brazos del Hijo de Dios”

La decisión de publicar los textos de sus homilías (de 2007 al 2012) no es sólo un homenaje a la memoria de este sacerdote, que fue un vivo hijo espiritual de don Luigi Giussani. Leer y meditar sus sermones hará bien a nuestras almas también hoy, porque nos comunican la esencia original de la vida cristiana.

En la Iglesia siempre hay necesidad de recuperar lo esencial. Durante demasiado tiempo hemos reducido el cristianismo a un código de normas o a un esfuerzo voluntarista, pero todo moralismo nos deja al final una sensación de fracaso y tristeza.

En las meditaciones de Don Giacomo, la gran protagonista es siempre la Gracia, porque era consciente, por haberla experimentado, de que la iniciativa de Dios siempre se anticipa y se adelanta a cada una de nuestras intenciones, suscitando un deseo de bien para nosotros y para el prójimo, especialmente para el más necesitado.

A la palabra «Gracia», don Giacomo acompaña siempre otra, que la concreta: «atracción», porque el Señor nos atrae siempre con el encanto de su humanidad.

Uno de los episodios evangélicos más recurrentes en las homilías de don Giacomo es la conversión de Zaqueo: un «traidor del pueblo», cuyo inesperado cambio se produce cuando, habiéndose subido a aquel árbol por curiosidad, se encuentra con la mirada de Jesús: «Zaqueo baja corriendo lleno de alegría… esta mirada es puro reflejo de ser mirado; ésta es la única mirada que no es impotente, ésta es la única mirada que está llena de alegría, ésta es la única mirada que el hombre no posee, porque sólo está siendo mirado» (Homilía del 3 de noviembre del 2007).

Don Giacomo Tantardini con el cardenal Jorge Mario Bergoglio - Roma, 2009
Don Giacomo Tantardini con el cardenal Jorge Mario Bergoglio - Roma, 2009

Por eso la oración se convierte en la dimensión más importante de la vida. «Quien reza se salva» es un lema de San Alfonso María de Ligorio, que no por casualidad don Giacomo amaba mucho. La oración no es una evasión devocional de un mundo «malo». Es preguntar, desde lo más profundo de uno mismo, qué es lo que da sentido y posibilidad de alegría a la vida. Es pedir que Él mismo venga a habitar nuestras vidas: «Se espera diciendo: ‘Ven’. El niño no espera abstractamente en la madre, el niño espera que la madre esté cerca de él, así la esperanza cristiana se expresa en la pregunta, se expresa diciendo: 'Ven, ven'» (Homilía del 1 de diciembre de 2007).

Es un lenguaje sencillo, el de don Giacomo, pero se puede sentir en estas páginas la densidad de sus lecturas, desde el pensamiento teológico de su San Agustín favorito hasta la prosa poética de Charles Péguy, pasando por el «caminito» de Santa Teresa del Niño Jesús: «Cuando soy caritativo es sólo Jesús quien actúa en mí» es su cita favorita.

Son muchas las homilías que llegan al corazón. La más conmovedora es seguramente la última, fechada el sábado 31 de marzo del 2012, pocos días después de su muerte, que termina con una frase sencilla, pronunciada con dificultad – leemos en el libro – con un hilo de voz: «Qué hermoso es dejarse llevar en los brazos del Hijo de Dios». Ahí estaba toda su vida y su predicación en esas diez palabras dirigidas a sus amigos y a todos nosotros.

Don Giacomo Tantardini - Universidad de Padua 2008
Don Giacomo Tantardini - Universidad de Padua 2008

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21 junio 2024, 15:08