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Francisco: Una autoridad que no es servicio, es dictadura

En el rezo del Ángelus mariano, el Papa explica que el Reino de Dios no es "una caja fuerte o una cámara blindada", sino que todos -lo repite tres veces- pueden entrar en él. Se necesita paciencia, atención, constancia, humildad. "La misión que Jesús confía a Pedro no es la de atrancar las puertas de la casa, permitiendo el acceso sólo a algunos huéspedes selectos".

Antonella Palermo - Ciudad del Vaticano

¿Cuál es el significado profundo del símbolo de las llaves con las que se representa a Pedro en la iconografía y de las que se habla en las Escrituras? Son llaves para abrir, no para cerrar. Este fue el mensaje expresado por Francisco en el Ángelus de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, en el que subrayó dos veces que "una autoridad que no es servicio es dictadura".

Las llaves de la humildad, la constancia y la paciencia

Las llaves, explica el Papa, representan el ministerio de autoridad que Jesús confió al servicio de toda la Iglesia. El Pontífice se detiene en un aspecto fundamental para subrayar que el Reino de los Cielos no es un palacio inaccesible, sino un ambiente poroso.

Las llaves de Pedro, en efecto, son las llaves de un Reino, que Jesús no describe como una caja fuerte o una caja blindada, sino con otras imágenes: una semilla pequeña, una perla preciosa, un tesoro escondido, un puñado de levadura (cf Mt 13,1-33), es decir, como algo precioso y rico, sí, pero al mismo tiempo pequeño y poco visible. Para alcanzarlo, por tanto, no es necesario accionar mecanismos y cerrojos de seguridad, sino cultivar virtudes como la paciencia, la atención, la constancia, la humildad.

 

Ayudar a todos a encontrar el camino

Francisco señala que Pedro primero tuvo que convertirse para abrir la puerta a Jesús y, recuerda, "no fue fácil" para él. El apóstol vivió "no sin fatiga y con muchas caídas" las secuelas hasta el martirio, en adhesión al espíritu original del mensaje de Cristo. 

La misión que Jesús confía a Pedro no consiste en atrancar las puertas de la casa, dejando entrar sólo a unos pocos invitados selectos, sino en ayudar a todos a encontrar el camino de entrada, en fidelidad al Evangelio de Jesús. A todos: todos, todos, todos pueden entrar.

Pedro no era perfecto, pero sí humilde y honesto

Como es habitual, la catequesis dominical del Ángelus concluye con una serie de preguntas planteadas por el Papa para el discernimiento personal y comunitario. Entre estas preguntas centrales: ¿Somos custodios acogedores para los demás? "Y para ello, ¿me dejo "pulir", ablandar, moldear por Jesús y su Espíritu, que habita en mí?". Siempre es el ejemplo de Pedro, incluso en sus limitaciones, el que nos ilumina.

Pedro recibió las llaves del Reino no porque fuera perfecto, sino porque era humilde y honesto y el Padre le había dado una fe franca (cf. Mt 16,17). Por eso, confiando en la misericordia de Dios, pudo sostener y fortalecer, como se le pedía, también a sus hermanos (cf. Lc 22,32).

 

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29 junio 2024, 12:30