Zuppi: Los católicos en Italia defienden a todas las personas
Alessandro Di Bussolo – Ciudad del Vaticano
Y ha crecido el deseo, "el deseo de participar, de ayudar a una democracia viva en nuestro país y en Europa, no la del bienestar individual, sino la del bien común".
Así trazó un primer balance de estos días en Trieste el cardenal Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en su saludo al Papa Francisco al inicio del encuentro con los novecientos delegados de la 50ª Semana Social de los Católicos en Italia.
Releyendo el tema, "En el corazón de la democracia. Participar entre la historia y el futuro", el arzobispo de Bolonia subrayó que "los católicos en Italia no son un grupo de presión que defiende intereses particulares, y nunca serán partidistas, porque el único papel que desempeñan" es el de "la persona, cada persona, desde su principio hasta su fin".
Para ser Fratelli tutti unamos lo espiritual y lo social
El cardenal Zuppi recordó que "uniendo lo espiritual y lo social como nos pide Jesús, podemos ser desde el principio lo que Dios quiere: Fratelli tutti, una verdadera "sinfonía de amor y de diferencias que cantan la gloria de Dios y del hombre al que cuida".
Y dirigiéndose al Papa, lo definió "el primer poeta social, ¡porque es espiritual!", el guía de una familia "que es la Iglesia en Italia y que tiene siempre y sólo a Jesús en el centro" y que por eso "piensa de manera social, no prudentemente distante o para unos pocos elegidos".
Mirando a Trieste y Friul-Venecia Julia, que acogen este evento, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana las describió como "una tierra que une este y oeste, norte y sur, un punto de encuentro y conocimiento". Recordó también que los delegados de las diócesis, asociaciones, movimientos y diversos grupos encontraron "mucha cultura que une, fruto de los famosos dos pulmones indispensables para respirar bien".
La democracia una sinfonía maravillosa
“También hemos encontrado algunas heridas –subrayó el cardenal Zuppi – legados de terrible dolor por todas partes. Encuentros como éste contribuyen a hacer de las diferencias aquello para lo que las tenemos: riqueza para todos”.
“Queremos – aclaró el presidente de la CEI – dar frutos de verdadera democracia, de igualdad, de derechos y deberes para todos. En el corazón de la democracia hay personas y hay una actitud de confianza y esperanza".
Y concluyó comparando la democracia a una orquesta con muchos instrumentos, y cada músico preparándose, "como debe ser, para dar lo mejor de sí mismo. Una armonía y una sinfonía maravillosas". Y el mejor director "de esta magnífica orquesta, a la que siempre hay que ayudar, es ese Dios que nos pide que pensemos los unos en los otros, que sirvamos para comprender quiénes somos".
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