Bendición del Papa a "Mediterranea Saving Humans"
Joseph Tulloch – Trapani
Felicitaciones y agradecimientos. El Papa envió un mensaje al padre Mattia Ferrari, párroco de Mediterranea Saving Humans, a bordo del Mare Jonio, con su “bendición a la tripulación de Mediterranea Saving Humans y Migrantes. Rezo por ustedes – escribe Francisco, dando las gracias a la ONG comprometida en el rescate de los migrantes – por su testimonio”, e invocando también la bendición de Dios y de la Virgen.
La primera misión conjunta
Trapani es el punto de partida de la misión Sar (búsqueda y rescate) lanzada este 24 de agosto, por Mediterranea Saving Humans, una organización humanitaria fundada por Luca Casarini que lleva desde el 2018 rescatando a personas que intentan la peligrosa travesía marítima.
Se trata de la primera misión organizada conjuntamente con la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana. Gracias al apoyo de los obispos, al Mare Jonio – un remolcador reutilizado para las operaciones Sar de Mediterranea – se unirá un barco de apoyo con otros voluntarios y personal médico, así como un mediador intercultural y un pequeño grupo de periodistas.
“Es un barco de apoyo preparado junto con Migrantes – explica Mattia Ferrari – con dos directores diocesanos de Fano y Caltanissetta a bordo. Es una pieza más de una colaboración con la Iglesia que dura desde hace años y que se compone, sobre todo, de muchas relaciones y a distintos niveles, desde las parroquias a las diócesis, pasando por la Iglesia universal”.
“Una colaboración – continúa explicando el párroco de Mediterranea, que ve a la Iglesia y a las personas de buena voluntad, de mundos sociales y contextos culturales tan diferentes, unidas en un amor común, para usar las palabras del Evangelio, en el amor entrañable común por nuestros hermanos y hermanas migrantes”.
“Es un camino que recorremos juntos – añade Ferrari – incluso a través del salvamento marítimo y el rescate de náufragos, de los rechazos, damos carne a la fraternidad, esa fraternidad universal que no puede seguir siendo un valor abstracto, sino que debe hacerse carne a través de nuestros cuerpos, nuestras vidas, nuestras relaciones”.
“Hacerse a la mar, por tanto, significa también romper este muro de cinismo e indiferencia”, para “despertar las conciencias, porque la sociedad está demasiado distraída y no podemos seguir tolerando esta matanza continua de naufragios y rechazos”. Debemos romper con todo esto, y no ser cómplices de ello, es el llamamiento del sacerdote Mattia.
Misión en curso
Los medios de comunicación del Vaticano se encuentran a bordo de esta última nave, que, junto con la Mare Jonio, zarpó de Trapani. Al dejar aguas italianas, Mediterranea hizo dos anuncios significativos. En primer lugar, subrayó que, con vistas al creciente maltrato de los migrantes en Túnez, dejaría de cooperar con la guardia costera tunecina en las operaciones de búsqueda y rescate.
Una posición ya adoptada con respecto a Libia, por la misma razón; en segundo lugar, Mediterranea, con referencia a las directrices del gobierno italiano, que a menudo ha ordenado el desembarco de migrantes en puertos alejados de la zona de rescate, ha anunciado que ya no aceptará órdenes de desembarco en puertos fuera de Sicilia.
También viaja a bordo Ibrahima Lo, senegalés llegado a Italia por la ruta libia, autor de dos libros que relatan la tragedia de los migrantes y que, junto con el sacerdote Mattia Ferrari y Luca Casarini, se reunió con el Papa en la Casa Santa Marta el pasado 2 de julio.
Unidos por un “entrañable”
Aunque ésta es su aventura oficial, la colaboración entre la Iglesia y Mediterranea se remonta a varios años atrás. El Papa Francisco se ha reunido a menudo con miembros de la organización, expresando públicamente su apoyo. En el 2019, colocó en el Palacio Apostólico del Vaticano un crucifijo adornado con un chaleco salvavidas que le donó Mediterrnea. Muchos obispos italianos también han expresado su apoyo a la organización, que trabaja en estrecha colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Antes de la partida, el obispo de Trapani, Pietro Maria Fragnelli, visitó la nave de apoyo para ofrecer su bendición y entregar a la tripulación un icono especialmente confeccionado. “Esta – explicó – es una misión de amor que nos viene directamente del Evangelio. La misión de hoy –según el prelado” – apunta a una colaboración que debería “crecer cada vez más entre las fuerzas civiles y militares, y quién sabe, tal vez incluso nuestra cultura supere esta especie de idea de que el Mediterráneo es una barrera y no un puente”.
Naciones Unidas calcula que, sólo en el 2023, más de doscientos doce mil migrantes y refugiados intentaron cruzar el Mediterráneo central desde Argelia, Libia y Túnez. Aproximadamente tres mil perdieron la vida en el mar, una cifra sin duda muy alejada de la realidad.
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