Medjugorje. Francisco: Con el Evangelio construyan una nueva humanidad
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
Francisco escribió a los participantes en el 35º Festival de la Juventud que se inauguró ayer, 1 de agosto, en Medjugorje con el tema central tomado del Evangelio de Lucas: "María eligió la mejor parte". Y es precisamente a partir de estas palabras, pronunciadas por Jesús, que el Papa quiere ofrecer a los jóvenes "algunas breves sugerencias" que puedan servir a su crecimiento espiritual y a su compromiso "en la Iglesia y en el mundo".
La escucha de la Palabra
El primer aspecto que subraya el Papa es "el enfoque de un auténtico discípulo", es decir, la escucha de la Palabra del Señor. María, la hermana de Lázaro, había actuado así poniéndose a los pies del Señor para escucharle, y Jesús había apreciado su elección, describiéndola como "la mejor parte". Pero, escribe, hay "otra auténtica discípula", María de Nazaret, que supo acoger la Palabra de Dios "poniéndose a su entera disposición", hasta el punto de encontrarse al pie de la cruz y junto a los apóstoles el día de Pentecostés.
Dejando que la Palabra de Dios entrara en su corazón, la Virgen María cumplió su misión con fidelidad y esmero. También ella eligió la mejor parte: el Señor Jesús. Del mismo modo ustedes, queridos amigos, están llamados a convertirse en verdaderos discípulos de Cristo.
El Evangelio como brújula
Francisco recomienda a los jóvenes meditar la Palabra de Dios y dejar que ilumine sus mentes y sus corazones para descubrir lo que Dios desea de cada uno.
Por eso, los animo a establecer un vínculo estrecho con el Evangelio y a tenerlo con ustedes, para que sea para ustedes como una brújula que les muestre el camino a seguir.
La valentía de llevar a Cristo a la vida cotidiana
"La ignorancia de la Escritura es ignorancia de Cristo", decía San Jerónimo citado por el Papa, que luego invita a los chicos y chicas presentes en Medjugorje a recurrir también a la Eucaristía y al Sacramento de la Reconciliación. El crecimiento en la vida espiritual, sin embargo, no concierne sólo a uno mismo: un verdadero discípulo "transmite necesariamente el Reino de Dios a los demás", subraya Francisco, recordando que llevar el Evangelio es tarea de todos en la Iglesia.
Deben tener la valentía de hablar de Cristo en sus familias, en su ambiente educativo y laboral, en su tiempo libre. Proclámenlo sobre todo con su vida, manifestando la presencia visible de Cristo en la propia existencia, en el esfuerzo cotidiano y en la coherencia con el Evangelio en cada decisión concreta. El Señor quiere que sean intrépidos apóstoles de la Buena Nueva y constructores de una nueva humanidad.
Ser constructores de una humanidad nueva
Ser apóstoles del Evangelio y "constructores de una humanidad nueva" es lo que os pide el Señor, escribe el Papa, que confía los jóvenes a la Madre de Jesús. "Que su ejemplo -concluye- os exhorte a ser heraldos de esperanza, de amor y de paz en el mundo".
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