Francisco: Que la Virgen proteja y acompañe a los fieles de Nicaragua
Francesca Sabatinelli – Ciudad del Vaticano
Un sentido llamamiento, pero también una fuerte petición para que los fieles renueven su «esperanza en Jesús», siempre acompañados por la ternura maternal de la Virgen. Así se dirigió hoy el Papa al «amado pueblo nicaragüense», en su saludo tras el rezo del Ángelus.
Al amado pueblo de Nicaragua, le animo a renovar su esperanza en Jesús. Recuerden que el Espíritu Santo guía siempre la historia hacia proyectos más altos. Que la Virgen Inmaculada los proteja en los momentos de prueba y les haga sentir su ternura maternal. Que la Virgen acompañe al amado pueblo de Nicaragua.
Viruela, el llamamiento a la asistencia médica
A continuación, Francisco se solidarizó con todos los afectados por la viruela símica, que se ha convertido, según explicó, en «una emergencia sanitaria mundial», al tiempo que hizo un llamamiento a gobiernos e industrias para que se pongan al servicio de los enfermos:
Deseo expresar mi solidaridad con los miles de afectados por la viruela símica, que se ha convertido en una emergencia sanitaria mundial. Rezo por todos los infectados, especialmente por la población de la República Democrática del Congo, tan probada. Expreso mi cercanía a las Iglesias locales de los países más afectados por esta enfermedad y animo a los gobiernos y a las industrias privadas a compartir la tecnología y los tratamientos disponibles para que nadie carezca de atención médica adecuada.
OMS, necesarios 135 millones de dólares
Una acción concertada entre «las agencias internacionales y los socios nacionales y locales, la sociedad civil, los investigadores y productores y los Estados» fue solicitada ayer por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien cuantificó en 135 millones de dólares la cantidad necesaria en los próximos seis meses para hacer frente a «la fase aguda de la enfermedad», que desde el inicio de la epidemia en 2022 supera los cien mil casos confirmados, concentrados sobre todo, según palabras del Papa, en la República Democrática del Congo.
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