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La destrucción en Siria La destrucción en Siria   (AFP or licensors)

El Papa: la guerra es un horror que ofende a Dios y a la humanidad

Largo llamamiento de Francisco al final del Ángelus del primer domingo de Adviento para que la comunidad internacional trabaje para detener los conflictos. El Pontífice recuerda el ejemplo de Argentina y Chile que con el diálogo evitaron el estallido de la guerra, luego dice alegrarse por el alto el fuego en Líbano, esperando que la tregua se mantenga y se extienda a Gaza donde la población «está agotada». El pensamiento del Papa para Siria, sumida en el caos, y para el pueblo ucraniano.

Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano

Un horror, una derrota, una ofensa a Dios. Ésta es, para el Papa, la guerra, en realidad todas las guerras que hoy laceran a la familia humana: la de Ucrania, agravada por las duras condiciones invernales; la del Líbano, de donde salen destellos de paz con el alto el fuego; la de Gaza, donde la población está «exhausta», y ahora también la de Siria -la última pieza de la «tercera guerra mundial en pedazos»- sumida de nuevo en el caos en menos de cinco días con la toma de Alepo por parte de los rebeldes yihadistas y un número ya elevado de muertos y desplazados.

En este primer domingo de Adviento, Francisco dedica un amplio espacio, tras la oración mariana del Ángelus, a enumerar las situaciones de emergencia en el mundo. Con los puños apoyados en el alféizar de la ventana del Palacio Apostólico, el Papa reitera al micrófono su repudio por los conflictos, de todo tipo y naturaleza, y a las consecuencias de los mismos.

La guerra es un horror, la guerra ofende a Dios y a la humanidad, la guerra no perdona a nadie, la guerra es siempre una derrota, una derrota para toda la humanidad.

El diálogo que evitó la guerra entre Argentina y Chile

Francisco ofrece soluciones para el presente recordando el pasado: es decir, se refiere al 40 aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, recientemente conmemorado en el Vaticano. Un entendimiento que es un brillante ejemplo de cómo el diálogo y una buena estrategia diplomática pueden evitar el derramamiento de sangre entre los pueblos. La mediación de la Santa Sede, impulsada por San Juan Pablo II, «puso fin a una disputa territorial», la del Canal de Beagle, que había llevado a Argentina y Chile «al borde de la guerra», afirma Jorge Mario Bergoglio.

Esto demuestra que cuando se renuncia al uso de las armas y se dialoga, se hace un buen camino.

La esperanza de que el alto el fuego se mantenga

No es esto lo que se vive ahora, ni en Ucrania ni en Oriente Medio, aunque el alto el fuego alcanzado en los últimos días entre Israel y Hezbolá devuelve un rayo de esperanza en medio de la oscuridad generalizada. De hecho, el Papa dice alegrarse por esta tregua, esperando que se mantenga el mayor tiempo posible y que sea respetada por todas las partes, «permitiendo así a la población de las regiones afectadas por el conflicto -tanto libaneses como israelíes- regresar pronto y con seguridad a sus hogares, también con la valiosa ayuda del ejército libanés y de las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas».

Que se elija inmediatamente al Presidente de la República en el Líbano.

En esta situación, el Pontífice dirige una apremiante invitación a todos los políticos libaneses:

Que se elija inmediatamente un Presidente de la República y que las instituciones vuelvan a encontrar su funcionamiento normal, para proceder a las reformas necesarias y asegurar al país su papel de ejemplo de coexistencia pacífica entre las diferentes religiones.

En Gaza la población está agotada

La esperanza del Papa es que «el rayo de paz que se ha abierto pueda conducir a un alto el fuego en todos los demás frentes, especialmente en Gaza», donde -según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás- el número de muertos asciende a 44.429. Cuarenta y siete en las últimas veinticuatro horas. Como siempre desde el estallido de la violencia tras el 7 de octubre, el Papa Francisco insiste en proceder por las dos vías que podrían conducir al fin o al menos a una tregua del drama en Tierra Santa: liberar a los rehenes israelíes y facilitar la entrada de alimentos, agua, medicinas para los palestinos.

Tengo en el corazón la liberación de los israelíes que siguen secuestrados y el acceso de la ayuda humanitaria a la población palestina exhausta.

Un pensamiento para Siria

Con la mirada aún puesta en el frente de Oriente Medio, el Papa no olvida Siria, ya marcada por doce años de conflicto, «donde desgraciadamente la guerra ha estallado de nuevo causando muchas víctimas». «Estoy muy cerca de la Iglesia en Siria. Recemos!», exclama el Pontífice.

El trágico invierno en Ucrania

A partir de aquí, un largo pensamiento marcado por el «dolor» y la «preocupación» por Ucrania, que hace una semana alcanzó los mil días de conflicto. Un conflicto que «sigue ensangrentando» a este atormentado país, con «una tremenda secuencia de muertos, heridos, violencia, destrucción...». Con los niños, las mujeres, los ancianos, los débiles que pagan el precio: son las «primeras víctimas», dice el Papa Francisco.

En la estela del llamamiento ya lanzado el miércoles pasado, al final de la audiencia general, el Obispo de Roma llama la atención de la comunidad internacional sobre las dificultades que Ucrania experimentará con la estación invernal. Olas de mal tiempo y nevadas han azotado Kyiv y otras ciudades ucranianas en las últimas semanas; la población se enfrenta a las heladas y a la falta de calefacción debido a los graves daños causados en las infraestructuras energéticas por las incursiones rusas. «El invierno se acerca y amenaza con agravar las condiciones de millones de desplazados. Serán meses muy difíciles para ellos», afirma el Papa. «La concomitancia de la guerra y el frío es trágica».

Dirijo, una vez más, mi llamamiento a la comunidad internacional, y a todo hombre y mujer de buena voluntad, para que hagan todo lo posible para detener esta guerra, y para que prevalezcan el diálogo, la fraternidad, la reconciliación. Que haya, a todos los niveles, un renovado compromiso.

Un serio compromiso por la paz en Adviento

A los políticos la invitación a actuar, a los fieles del mundo la invitación a rezar: «Queridos hermanos y hermanas, no nos cansemos de rezar por aquellos pueblos tan duramente probados, e imploremos de Dios el don de la paz», dice el Papa al final de su llamamiento. Nuestro pensamiento se dirige al Adviento, que comienza hoy:

Mientras nos preparamos para la Navidad, mientras esperamos el nacimiento del Rey de la Paz, demos a estos pueblos una esperanza concreta. La búsqueda de la paz no es responsabilidad de unos pocos, sino de todos.

«De todos», repite el Papa, porque “si prevalecen la habituación y la indiferencia ante los horrores de la guerra, toda, toda la familia humana está derrotada”. Ni vencedores ni vencidos: «Toda la familia humana está derrotada».

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01 diciembre 2024, 12:30

El Ángelus es una oración recitada, en recuerdo del Misterio de la Encarnación, tres veces al día: a las seis de la mañana, a mediodía y a las seis de la tarde, momento en el que se toca la campana del Ángelus.
El nombre Ángelus deriva de la primera palabra de la oración en latín: Angelus Domini nuntiavit Mariae... La plegaria consiste en tres frases sencillas sobre la Encarnación de Jesucristo y tres Ave Marías.
El Papa recita esta oración junto a los fieles en la plaza de San Pedro los domingos a mediodía y en las Solemnidades. Antes, pronuncia una breve alocución basada en las Lecturas del día. Tras el rezo del Ángelus, saluda a los peregrinos.
Desde el domingo de Pascua hasta el de Pentecostés, en lugar del Ángelus se reza el “Regina Coeli”, oración que recuerda la Resurrección de Jesucristo y tras la que se recita el Gloria tres veces. 

Últimos Ángelus / Regina Coeli

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