El Papa: Gravísima situación en Gaza. Cese el fuego y no se amplíe el conflicto
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
«Angustias» y «dolores» de los muchos países del mundo desgarrados por tensiones sociales y guerras que parecen no tener solución, comenzando por Oriente Medio donde hay un crescendo de muertes y tensiones, el Papa Francisco los confía a los pies de la Virgen María. A Ella, María Reina de la Paz, cuya Asunción al Cielo la Iglesia universal celebra hoy, 15 de agosto, el Papa dirige el Ángelus, lanzando una vez más un enérgico llamamiento a la paz, a la tregua, a las negociaciones, al cese de la brutalidad.
Pienso en particular en la atormentada Ucrania, en Oriente Medio, en Palestina, en Israel, en Sudán y en Myanmar. Que nuestra Madre del Cielo obtenga para todos consuelo y un futuro de serenidad y concordia
Gravísima situación humanitaria en Gaza
En particular, el Papa compartió con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro bajo el calor del verano su preocupación por «la gravísima situación humanitaria en Gaza». Sólo en las últimas horas, Hamás ha difundido la información de que en diez meses de guerra, es decir, desde el 7 de octubre, día en que comenzaron los bombardeos en la Franja en respuesta a la masacre de Hamás en Israel, se ha superado el umbral de los 40.000 muertos.
Pido una vez más un alto el fuego en todos los frentes, que se libere a los rehenes, que se ayude a la población exhausta.
Vías de negociación
Mientras se mantienen conversaciones en Doha (Qatar) para una posible tregua en Gaza, Francisco -como en sus llamamientos públicos de los últimos días- vuelve a pedir que no se convierta todo Oriente Medio en un polvorín ampliando las fronteras del conflicto. De hecho, desde hace días se espera el posible ataque de Irán contra Israel, en respuesta al asesinato en Teherán del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh. «Que no se amplíe el conflicto», exhorta el Obispo de Roma.
Animo a todos a hacer todo lo posible para que el conflicto no se amplíe y a seguir las vías de la negociación para que esta tragedia llegue pronto a su fin.
Una derrota
No olvidemos -añade el Pontífice para concluir- que la guerra es una derrota. Siempre, para todos.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí