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El Papa en la cátedra durante el encuentro con obispos, clero y religiosas, en Yakarta, Indonesia El Papa en la cátedra durante el encuentro con obispos, clero y religiosas, en Yakarta, Indonesia  (VATICAN MEDIA Divisione Foto) Editorial

Lo que hace avanzar al mundo

El Papa Francisco explica que la compasión "hace ver mejor las cosas"

Andrea Tornielli

¿Qué es lo que «hace avanzar al mundo»? Algunos podrían responder que la economía, otros la lucha de clases, otros la curiosidad, o el deseo de emprender y experimentar, otros el amor. Hace más de treinta años, en Argentina, una anciana dijo a monseñor Bergoglio que la misericordia divina es el dintel que sostiene el mundo, («si el Señor no perdonara todo, el mundo no existiría»); hoy Francisco indica cuál es el «motor» que lo mantiene en marcha. Desde la catedral de Yakarta, el Papa explicó que lo que hace avanzar al mundo es «la caridad que se da» en la compasión. Dijo que la compasión no consiste en dispensar ayuda o limosna a los necesitados «mirándolos por encima del hombro», sino que significa inclinarse para conectar realmente con los de abajo y así levantarlos y darles esperanza. También significa abrazar los sueños y deseos de redención y justicia de los necesitados, convirtiéndose en sus promotores y cooperadores.

Hay quienes tienen miedo de la compasión, observó el Sucesor de Pedro, «porque la consideran una debilidad» y «exaltan en cambio, como si fuera una virtud, la astucia de quienes sirven a sus propios intereses manteniéndose a distancia de todos, sin dejarse “tocar” por nada ni por nadie, pensando que así son más lúcidos y libres para alcanzar sus objetivos». Pero esto -explicó- es «una forma falsa de ver la realidad». Porque «lo que mantiene al mundo en marcha no son los cálculos de interés propio -que generalmente acaban destruyendo la creación y dividiendo a las comunidades-, sino la caridad que se da». «La compasión no nubla la visión real de la vida; al contrario, nos hace ver mejor las cosas, a la luz del amor».

Es la compasión lo que Jesús testimonia en cada página del Evangelio: no es indiferente a la realidad, se conmueve visceralmente, se deja herir por el drama y la necesidad de los que encuentra. En cambio, la indiferencia, que a la larga se convierte en cinismo, nos hace creer que somos más libres, pero en realidad nos hace, poco a poco, cada vez menos humanos.

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05 septiembre 2024, 01:13