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El cardenal Bustillo, obispo de Ajaccio, junto al cartel del viaje del Papa Francisco a Córcega El cardenal Bustillo, obispo de Ajaccio, junto al cartel del viaje del Papa Francisco a Córcega  (AFP or licensors)

Cardenal Bustillo: Córcega es un laboratorio de paz, la visita del Papa un regalo

El obispo de Ajaccio comenta el viaje del Pontífice a la isla confirmado hoy: 'Un regalo que nos estimula a la responsabilidad para el futuro'. Francisco llegará allí el 15 de diciembre, para concluir la conferencia sobre la religiosidad popular en el Mediterráneo: «No es una ocasión para el folclore, sino para la evangelización. En medio de tantas guerras, incluso en el Mediterráneo, podemos transmitir una vida fraterna a través de las tradiciones».

Jean-Charles Putzolu - Ciudad del Vaticano

Un hermoso regalo de Navidad». Así define el cardenal François-Xavier Bustillo, obispo de Ajaccio, la visita del Papa Francisco a Córcega, el próximo 15 de diciembre, confirmada hoy oficialmente por la Santa Sede. Ya en los últimos días, el cardenal había hablado de la visita del Pontífice, la primera a la isla. «El Señor es bueno, recibimos este regalo no como un privilegio, sino como una responsabilidad para mirar a la memoria y estimular el futuro», comenta ahora el cardenal a los medios vaticanos.

Eminencia, ¿cuál es el motivo de esta visita del Papa a Córcega?

Hemos organizado un congreso sobre las tradiciones religiosas populares en el Mediterráneo, por lo que habrá también obispos de Sicilia, Cerdeña, España y Francia. Es una ocasión para compartir entre nosotros lo que somos, lo que vivimos y las tradiciones religiosas populares que existen en nuestros países. Luego habrá también una dimensión teológica para no sólo ver el folclore de ciertas tradiciones, sino también evangelizar a través de lo que nos transmitieron nuestros padres.

¿Qué importancia tiene el hecho de que el Papa venga personalmente a celebrar estas tradiciones populares?

Es una manera de fomentar la misión a través de estos métodos. Bueno, cuando pensamos en la misión, a veces pensamos en tácticas, en estrategias, en que 'hay que hacerlo así', en que hay que hacer marketing, etcétera. Y luego tenemos tradiciones muy sencillas, que no exigen ningún esfuerzo especial. Basta con salir a la calle, basta con mostrar devoción a la Virgen o a un santo y cantar, honrar, pasear... Y decimos que somos creyentes con mucha sencillez. Así que en la misión hay estos dos aspectos.

¿Qué descripción podría hacer de la Iglesia en Córcega?

Nuestra Iglesia está ligada a las tradiciones, muy ligada al catolicismo, porque es una isla y como todos los países pequeños ha conservado tradiciones ligadas a un santo, a un mártir, a la Virgen María. Así que es una Iglesia que ha conservado la dimensión religiosa tradicional y espiritual. Lo que me parece importante es no quedarse sólo en el nivel de la tradición externa, sino subrayar cómo estas tradiciones nos estimulan a vivir nuestra fe en plenitud y con pasión. El mensaje es siempre el Evangelio. Jesús nos dice: «Id por las calles. Id de dos en dos...». Así que nos invita a arriesgarnos en el encuentro con los demás, y cuando hay manifestaciones populares, ahí está el encuentro con los demás. Y tal vez, entre los otros, haya gente de derecha, de izquierda, amigos, enemigos, todos nos encontramos, porque la fe une. Esto, en mi opinión, es importante. En mi tierra y en mi diócesis existen estas tradiciones. La gente está apegada a estas tradiciones y se preocupa de que en el campo, el cura, el párroco o el obispo también vayan a celebrar un acto en las calles de las ciudades.

Los católicos corsos son católicos franceses, pero ¿viven su catolicismo de forma diferente al resto del continente?

En mi opinión, hay más serenidad. Incluso con las autoridades civiles, diputados, senadores, alcaldes, no hay muchas dificultades en las relaciones mutuas. Hay una laicidad, cada uno tiene su responsabilidad en la ciudad, pero la vivimos de una manera serena y también responsable: cada uno en su sitio, pero siempre queriendo el bien de todos y el bien de la gente.

Sabemos lo cerca que está el Papa Francisco de los problemas de los países mediterráneos. Córcega ha estado casi siempre representada en los encuentros mediterráneos. ¿Cuál es la vocación de la isla en el laboratorio de paz que es el Mare Nostrum?

Estamos en un lugar muy estratégico. Estamos cerca de Cerdeña, así que es importante que podamos trabajar en nuestras tradiciones para que puedan ir más allá de nuestra isla. Por eso es bueno hablar de un laboratorio y poder transmitir a los demás una vida pacífica y serena entre las autoridades civiles, las religiosas y el vínculo con el pueblo. Vemos que hay muchas guerras incluso aquí en el Mediterráneo, así que podemos transmitir una vida fraternal a través de nuestras tradiciones. Por eso queremos que las autoridades civiles y eclesiásticas puedan dialogar. Hoy no podemos ser enemigos institucionales. Necesitamos también una responsabilidad por el bien del pueblo, porque al final, si nos quedamos entre nosotros, nos olvidamos del pueblo. Y ese pueblo necesita autoridades comprometidas con su bien y autoridades espirituales que piensen en su alma, que recuerden que hay valores, ideales. Y ahí podemos encontrarnos.

 

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23 noviembre 2024, 15:38