El Papa: No se debe “reducir el conocimiento a la capacidad de la mente”
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco expresó a los miembros del Simposio “El aprendizaje-servicio y el pacto educativo global”, el significado esencial de la enseñanza, la cual, argumentó, que no debe ser “sólo transmisión de contenidos […] sino transformación de la vida”, este sábado por la mañana, desde la Sala Clementina en la Ciudad del Vaticano.
Los 250 participantes del encuentro, que tuvo lugar los días 7 y 8 de noviembre, en la Libera Università Maria SS. Assunta -LUMSA-, asistieron a una audiencia privada con el Pontífice, que advirtió a los presentes sobre el riesgo que implica la globalización en el ámbito educativo actual, dado que, se aleja del estilo de enseñanza y pedagogía de Jesús, que “pretende que el oyente no se quede sólo como receptor del mensaje, sino que se implique en primera persona”.
Ante tal premisa, aseveró Papa que la globalización entraña un “aplanamiento a determinados programas a menudo supeditados a intereses políticos y económicos” el cual, “oculta formas de condicionamiento ideológico que falsean la labor de la educación, convirtiéndola en un instrumento para fines muy distintos de la promoción de la dignidad humana y la búsqueda de la verdad”; por ello, argumentó que las ideologías encogen y “no permiten desarrollarse”, por lo cual, las calificó como “el enemigo […] en el camino de la madurez”.
Cambiar el mundo a través de la educación
Con respecto al método pedagógico “aprendizaje-servicio”, desarrollado por la Red Uniservitate, del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario, el Santo Padre exhortó a la reflexión sobre el proceso de cambio, por lo cual, argumentó que “no podemos cambiar el mundo a menos que cambiemos la educación”.
“El método pedagógico del aprendizaje-servicio”, destacó, cultiva “la responsabilidad comunitaria de los estudiantes a través de proyectos sociales, que son parte integral de su trayectoria académica. De este modo, las instituciones educativas católicas hacen honor a su título”, por tal motivo, insistió que las instituciones educativas católicas, no tienen, simplemente, un adjetivo honorífico, sino que su misión va más allá:
Francisco enfatizó que “Uniservitate responde coherentemente a las intenciones del Pacto Mundial por la Educación”, mediante el cultivo de itinerarios educativos de interés y atractivo para todas las personas; es así, que recordó, a los participantes, un proverbio de origen africano que “afirma que para educar a un niño se necesita toda una aldea”, por ello, les instó a construir una “aldea de la educación”, que permita “compartir el compromiso de promover relaciones humanas positivas y culturalmente válidas”.
“La realidad es superior a la idea y el todo es superior a las partes”
Con base en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, el Obispo de Roma resaltó dos principios, a fin de fomentar la cohesión de las iniciativas que plantea Uniservitae, “la realidad es superior a la idea” y “el todo es superior a la parte”.
En tal sentido, admitió que los proyectos educativos deben “poner a los alumnos en contacto con la realidad”, para que, desde sus experiencias, puedan contribuir al mejoramiento del mundo, es decir, un cambio que debe partir del espíritu de servicio y no de los intereses personales.
En cuanto al segundo principio, el Papa exhortó a los presentes a promover, desde la educación católica, “una cultura de la curiosidad”, la cual valores el arte de hacer preguntas, de indagar, para apoyar “a los jóvenes en esta exploración de sí mismos y del mundo”.
El triple lenguaje de la educación
Bajo este contexto, el Sucesor de Pedro indicó que la educación y el conocimiento no se deben reducir, únicamente, a la capacidad de la mente, sino que se debe complementar con “la destreza de unas manos laboriosas y la generosidad de un corazón apasionado”.
El Santo Padre enfatizó que la educación se trata de un “triple lenguaje” y, por ello, “en un mundo líquido, es necesario volver a hablar con el corazón, porque sólo desde el corazón nuestras comunidades conseguirán unir las distintas inteligencias y voluntades y pacificarlas para que el Espíritu nos guíe como red de hermanos”.
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