El Papa: Redescubir la belleza de la oración del Rosario que ayuda a construir la paz
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano
Es necesario redescubrir «en las familias y en los hogares» «la belleza del Rosario», una oración que «ayuda a construir la paz». La invitación de Francisco está en la carta enviada al arzobispo prelado de Pompeya, monseñor Tommaso Caputo, con ocasión de la apertura del Año Jubilar por el 150 aniversario de la llegada del cuadro de la Beata Virgen María del Santo Rosario conservado en el santuario fundado por Bartolo Longo. En la ciudad de la Campania, el aniversario se celebrará con diversas iniciativas pastorales y el Papa quiso unirse espiritualmente a los fieles y a quienes se reunirán en oración en el «templo mariano de Pompeya, para encontrar consuelo y esperanza en el dulcísimo rostro de la Madre Celestial». Su misiva fue leída en la mañana de hoy, 10 de noviembre, durante la misa presidida por monseñor Caputo en el santuario y distribuida después a los fieles. En el texto, Francisco expresa el deseo de que «a la humanidad necesitada de redescubrir el camino de la concordia y de la fraternidad», Dios le hable «a través del mensaje de Nuestra Señora de Pompeya», con la esperanza de que «sus numerosos devotos esparcidos por el mundo se adhieran cada vez más fielmente al Señor, dando testimonio a sus hermanos, especialmente a los más necesitados».
Una oración para proponer entre los jóvenes
«Instrumento sencillo que está al alcance de todos» y que “puede sostener la renovada evangelización a la que la Iglesia está llamada hoy”, el Rosario debe proponerse en particular a los jóvenes, recomienda el Pontífice, para que no lo sientan repetitivo y monótono, “sino un acto de amor que nunca se cansa de derramarse”. «Fuente de consuelo para los enfermos y los que sufren y, como la llamaba Longo, “una dulce cadena que nos anuda a Dios”, la oración mariana es “también una cadena de amor que se convierte en abrazo para los últimos y los marginados”», subraya Francisco. Precisamente de ellos se ocupó el abogado pullés, que desde el Valle de Pompeya difundió la devoción a María «con innumerables iniciativas y escritos, y sobre todo con sus “Quince sábados”». «Por ello, los animo a continuar con renovado empeño, a través de las numerosas iniciativas del Santuario -escribe el Papa-, la gran historia de caridad que él comenzó», que es también «el legado espiritual más hermoso que dejó».
Devoción al Santo Rosario
En su carta al delegado pontificio para el Santuario de Pompeya, el Papa repasa la historia del cuadro -que representa a la Virgen entronizada con Jesús en brazos entregando las cuentas del Rosario a Santa Catalina de Siena y a Santo Domingo- que llegó al valle a los pies del Vesubio el 13 de noviembre de 1875. Fue Bartolo Longo quien lo llevó entre la gente de Pompeya para difundir la devoción al Santo Rosario, tras escuchar un día «en el fondo de su alma» una voz: «Si buscas la salvación, difunde el Rosario». Francisco recordó también la «larga serie de intervenciones» de sus predecesores, «especialmente desde León XIII», que profundizó en el significado de esta devoción, «hasta la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae de San Juan Pablo II, que la relanzó en los albores del tercer milenio proclamando un Año del Rosario», y considera providencial «que el jubileo del cuadro de Nuestra Señora de Pompeya coincida con el inminente Año Jubilar, centrado en Jesús, nuestra esperanza, y con el XVII centenario del Concilio de Nicea (325), que dio particular relieve al misterio divino-humano de Cristo, a la luz de la Trinidad». «Es hermoso redescubrir el Rosario en esta perspectiva», afirma el Papa, “para asimilar los misterios de la vida del Salvador, contemplándolos con la mirada de María”.
La bendición de Francisco
Por último, el Pontífice recordó su peregrinación a Pompeya el 21 de marzo de 2015, y recordando «con gratitud las manifestaciones de fe vividas» en el «oasis mariano», invocó «toda gracia para la tierra de Campania, de modo especial para quienes experimentan situaciones de dificultad» y aseguró su bendición a todos los que participarán en los actos por el 150 aniversario de la llegada del cuadro de la Virgen del Rosario.
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