El Papa a la Unión de Ciegos y Discapacitados Visuales: Sean signos de esperanza
Edoardo Giribaldi – Ciudad del Vaticano
"Nunca quietos, siempre adelante". Así deben ser "peregrinos de la esperanza" en la búsqueda de la meta final que sustente el camino a través de las dificultades. Una felicidad renovada, "diferente" y no superficial, capaz de penetrar hasta el corazón, llenarlo y calentarlo. Así es "la alegría de Jesús". Así lo afirmó el Papa Francisco en su saludo de hoy, 3 de enero, a una delegación de la Unión Italiana de Ciegos y Discapacitados Visuales, recibida en audiencia en la Sala Clementina.
Siempre en movimiento, a cualquier edad.
El Papa asocia sus deseos de un feliz 2025 a los del Año Jubilar recién inaugurado. Pide a los presentes que repitan el lema: "¡Peregrinos de la esperanza!" – deseando que mantengan el deseo de "avanzar", de "ser siempre personas en movimiento".
A todas las edades: niños, jóvenes, adultos, ancianos, siempre en movimiento
Amar y servir en libertad
Cada viaje, nos recuerda Francisco, tiene un destino final, capaz de sostenerlo a través de las dificultades y el mal tiempo. En el caso del Jubileo, el destino es la Puerta Santa, símbolo, recuerda el Papa, del misterio de la salvación de Jesús, medio para inaugurar una existencia renovada, libre de toda esclavitud, "libre para amar y servir". Francisco les desea que encuentren a Jesús, lo "conozcan", lo escuchen. Hacerlo "da sentido a la vida, la llena de una nueva alegría".
Una alegría diferente, una alegría que no queda “afuera”, en la superficie, sino que llena el corazón y lo calienta, una alegría que es paz, que es bondad, que es ternura. La alegría de Jesús es así
Los "grandes campeones" de la esperanza
Los numerosos "peregrinos de la esperanza" del pasado experimentaron esta felicidad. El Papa menciona a Pier Giorgio Frassati, colocándolo junto a los "grandes campeones" como Francisco y Clara de Asís o Teresa del Niño Jesús. Ellos, "niños y jóvenes" como muchos de los presentes en la Sala Clementina, trazan el camino que el Papa espera que sigan. "Y también nosotros seremos pequeños signos de esperanza para quienes nos encuentren. Este es el deseo que deseo para ti y para mí".
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