Francisco: Servir a los necesitados significa prolongar la caridad de Cristo
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano
En el Jubileo que acaba de comenzar, «un tiempo de reconciliación y esperanza», Francisco, reunido en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico con la Archicofradía de los Santos Juan Bautista y Evangelista de los Caballeros de Malta de Catanzaro, Italia, se detuvo a reflexionar sobre tres verbos: adorar, servir, caminar.
Adorar
En su discurso, recordó ante todo que la patrona de la archicofradía es la Virgen venerada «con el título de Odigitria, “la que muestra el camino” -es decir, “Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida”-» y añadió que el hecho de que ella sostenga «en sus brazos al Salvador nacido por nosotros» es el «acontecimiento de amor» del que los fieles de la asociación religiosa dan «testimonio adorando la Eucaristía, sirviendo al prójimo» y comprometiéndose en su propia ciudad. Seguidamente, recordando el verbo adorar, el Pontífice recomendó «cuidar» la oración.
Servir
En cuanto al servicio, Francisco explicó que ocuparse de los pobres, visitar a los enfermos y estar al lado de los que sufren significa servir a Dios y nos insta a ser caritativos como Jesús.
Hay un vínculo muy estrecho entre la adoración y el servicio, que nunca debemos olvidar. Cristo vino al mundo para servir: también ustedes, como sarmientos unidos a la Vid, prolongan su caridad cuando se acercan a los pequeños y a los necesitados con compasión y ternura.
«Compasión y ternura cerca de los pequeños, de los pobres» recuerda - reiteró el Papa - los «tres verbos que señalan cómo es Dios con nosotros: cercanía, compasión y ternura», y añadió que Dios está «amorosamente cerca nuestro».
Caminar
Por último, el Santo Padre explicó que el verbo caminar exhorta a seguir a Jesús «con perseverancia, manteniendo encendida la antorcha de la fe durante esta peregrinación terrena», y, finalmente, agradeció a la archicofradía el cirio pascual donado cada año a la Basílica de Letrán junto con una ofrenda para la caridad del Papa. De ahí el aliento a todos «a continuar con esperanza el camino de la generosidad».
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