Se ha presentado el libro "¡Viva la poesía!" del Papa Francisco
Eugenio Murrali - Ciudad del Vaticano
Basta una mirada a la admirable sala con frescos del antiguo hospital "Santo Spirito" para comprender que hay necesidad y deseo de poesía. Un público muy numeroso, ayer viernes 21 de marzo, asistió absorto a la presentación de "¡Viva la poesía!" (edizioni Ares, Milano 2025, 224 pp., 18,50 euros), en el que el padre Antonio Spadaro, Subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación y crítico literario, recoge los escritos del Papa Francisco sobre el arte de la poesía. Un libro que, como señaló el director de L'Osservatore Romano y moderador de la actividad, Andrea Monda, destaca ya por su título, tomado de una carta del Papa Francisco, dirigida al padre Spadaro y citada en el volumen.
Un título que es "una explosión" o más bien "una exclamación llena de asombro y esperanza", señaló Monda. Algunos rectores universitarios también estuvieron presentes entre el público, como para responder en primera persona a la invitación que Francisco hace en su breve carta al padre Spadaro: "Me encantaría que la poesía ocupara la cátedra en nuestras universidades".
La poesía, luz en medio de la oscuridad
En un discurso que combina sabiduría y calidez, el cardenal Víctor Manuel Fernández habló del lugar de la palabra poética en la vida del Pontífice y en la suya propia: "Sé que en algunos momentos difíciles de la vida de Bergoglio, la poesía ha sido un oasis, una luz que brilla entre las tinieblas. Lo mismo me ha sucedido a mí". Pero también aclaró que no se trata de una turris eburnea: "Apoyarse en la poesía no significa huir, ni entrar en un mundo paralelo; significa, en cambio, redescubrir este mismo mundo de un modo más profundo, redescubrirlo bajo otros reflejos".
El arte poético tiene un papel central en la transmisión del conocimiento, porque "el pensamiento necesita de la poesía para no cojear" y "hay contenidos que sólo se pueden comunicar de forma poética, y nunca sin poesía". Recordando la experiencia de Francisco como maestro de literatura, ya recordada por el propio Papa en su Carta a los poetas, el cardenal explicó las razones por las que el Pontífice cree tanto en la literatura: "La poesía nos enseña a dialogar con otros mundos, a interpretarlos desde la piel y el corazón, a aprender otros lenguajes para comunicarnos".
Poesía que se apoya en la realidad
"Este libro me ha sorprendido, porque dice lo que yo tardé varias décadas en entender sobre la poesía", confiesa Maria Grazia Calandrone, poetisa y escritora que vive cada día la experiencia omnímoda de la palabra. "El Papa Francisco habla de los núcleos fundamentales de la poesía. Citando a Baudelaire se refiere a las Correspondencias, por tanto a la correspondencia de la cosa con la cosa, que es entonces el secreto último de la poesía".
A Calandrone le llama la atención la materialidad, la corporeidad presente en este libro, convencido también de que la palabra poética sólo puede partir de la realidad, porque es "la capacidad de entrar en las moléculas de la realidad y, por tanto, en su parte invisible".
La escritora se detiene en la dimensión social, en las comunidades que luchan juntas y que son, por tanto, "comunidades poéticas". Otro aspecto que el poeta considera nodal en las páginas de Francisco es la advertencia contra el peligro de la resignación y la consiguiente afirmación del valor de esperar. En su discurso, Calandrone recuerda a Dante, Giorgio Caproni, e introduce la idea de la nostalgia de lo indecible.
La creatividad de la esperanza
Desde la primera entrevista, tres meses después de la elección del Papa Francisco, el padre Spadaro había percibido la predilección del Pontífice por la poesía. En aquel diálogo insoslayable surgió también la metáfora de la Iglesia como hospital de campaña, hasta el punto de que presentar "¡Viva la poesía!" en el Santo Spirito es una experiencia especial para el curador. "Hay un logos poético que configura su magisterio y este libro trata de hacerlo entender", asegura el jesuita, que destaca cómo el Santo Padre supo reconocer, en este complejo momento histórico, la necesidad de un nuevo lenguaje. La referencia a la poesía es primordial en Francisco, quien, recuerda, citó a 17 poetas en "Querida Amazonia".
Para el padre Spadaro, el Pontífice ha comprendido que en el mundo el desafío está en la narración, ya no sólo en las cosas mismas: "Incluso telefonear al párroco en Gaza, sin aliento, en el hospital, es una narración, alternativa y diferente de lo que todos estamos acostumbrados, y es un gesto poderosamente poético".
Y añade: "La esperanza es creativa, porque el hombre nace homo homini lupus, pero cuando algo rompe esta norma se vuelve creativo, es decir, poético. Así que la misericordia, la piedad, la esperanza son gestos creativos tanto como una obra de arte".
El jesuita cita a continuación el concepto de "pensamiento incompleto, pensamiento abierto" querido por el Papa, cuyo verbo favorito, explica, es la palabra "esbordar", es decir "salir de los bordes", porque la experiencia de Dios "es siempre desbordante". Spadaro llega también al tema del deseo, ineludible cuando se habla de poesía: "Desear nos une".
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí