Comentario del Evangelio: El buen pastor
El buen pastor, Jesús resucitado, que se da en la Eucaristía como pan de vida eterna, conoce a su rebaño y camina con él. Hoy, ante la desgracia de la guerra, no cabe duda que la única esperanza es dejarnos guiar por aquel que reconoce la voz de quien sufre y clama por la paz: el Buen Pastor.
“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas” (Jn 10, 11-18), dice Jesús en el Evangelio y lo hemos evidenciado en la muerte de cruz para luego resucitar y caminar junto a sus ovejas y, defenderlas de los asalariados que buscan su propio bien, incluso llevando al otro al matadero del odio y la violencia bélica.
En el Evangelio del este IV Domingo de Pascua, el Señor nos indica la fórmula para reconocer y seguir al Buen Pastor: “escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor”. Como bautizados debemos asumir el compromiso de escuchar su voz y testimoniar en la convivencia pacífica la esperanza del resucitado.
El Papa Francisco, en su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que celebramos este domingo, recuerda el compromiso de quienes aceptan el llamado vocacional: “Ser peregrinos de esperanza y constructores de paz significa, entonces, fundar la propia existencia en la roca de la resurrección de Cristo, sabiendo que cada compromiso contraído, en la vocación que hemos abrazado y llevamos adelante, no cae en saco roto".
Un compromiso de todos, escuchar la voz del Buen Pastor en su evangelio y, orar por las vocaciones para que sean testigos de ese mismo Evangelio.
P. Johan Pacheco