IOR: publicado el balance 2017

Ciudad del Vaticano

“El pasado 24 de abril el Consejo de Dirección del IOR aprobó unánimemente el balance del año 2017 y ha propuesto a la Comisión Cardenalicia la distribución integral de las ganancias realizadas a la Santa Sede”, se lee en el comunicado dado a conocer este 22 de mayo. “En el 2017 el IOR ha continuado con prudencia a proveer servicios financieros a la Iglesia Católica esparcida en todo el mundo y al Estado de la Ciudad del Vaticano”. El balance ha sido publicado dentro del Informe Anual.

Los datos

El Instituto – informa el comunicado – ha servido alrededor de 15.000 clientes representativos de 5,3 mil millones de Euros de recursos financieros (5,7 mil millones de Euros en el 2016) de los cuales, alrededor de 3,5 mil millones relativos a ahorro administrado y en custodia”. "El resultado neto ha sido par a 31,9 millones, (el resultado neto del 2016 par a 36,0 millones incluía 13,0 millones de extraordinarios relativos a la entrega de fondos asignados)” y “la contribución mayor al resultado neto, par a 44,3 millones de Euros deriva de la gestión de los activos del Instituto”.

La política de inversión del Instituto ha “permanecido prudente y ha estado alineada con las estrategias de los años anteriores”. “El Instituto ha continuado el proceso de optimización de los costos, iniciado en los años anteriores, reduciéndolos a 18,7 millones de Euros (19,1 millones en el 2016)” -  continúa el comunicado - agregando que “hasta el 31 de diciembre 2017 el patrimonio del Instituto al neto de la distribución de las ganancias equivale a 627,2 millones de Euros, correspondiente a un capital Tier 1 del 68,26%, (64,53% en el 2016),  que evidencia la elevada solvencia del Instituto y el perfil de bajo riesgo”.

Objetivos de carácter cualitativo

En el comunicado se informa también que “en agregado al logro de los objetivos financieros, el Instituto ha conseguido también otros objetivos de carácter cualitativo” entre ellos, los más importantes conciernen “las inversiones coherentes con la Ética Católica” y las “actividades benéficas”. Con respecto a la primera, se evidencia que “la exaltación de la vida humana, la creación y la dignidad humana son algunos de los valores irrenunciables que guían al Instituto en la selección de las inversiones” y que, en efecto, el Instituto “ha expresado su propio empeño en contribuir en “el cuidado de la casa común” invocada por el Papa Francisco en la Carta Encíclica Laudato sí, seleccionando las propias inversiones también en base a dos aspectos fundamentales invocados en la misma por el Santo Padre”: la responsabilidad social de las empresas y el papel de las empresas en la realización de un futuro sostenible.