Card. Parolin: Los abusos son atrocidades, en Irlanda el Papa dará esperanza
Alessandro Gisotti – Ciudad del Vaticano
El inminente Viaje Apostólico a Irlanda, el Encuentro Mundial de las Familias iniciado ayer en Dublín, el terrible flagelo de los abusos sexuales en la Iglesia. Estos son los temas centrales de la entrevista concedida por el Cardenal Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin a Vatican News. El Cardenal está seguro de que la presencia del Papa en Irlanda será un signo de esperanza para todos y animará a la Iglesia local y a las familias de todo el mundo.
P.- Cardenal Pietro Parolin, el Papa Francisco viaja a Irlanda para el Encuentro Mundial de las Familias. Este tema – la familia – es cada vez más central en su Pontificado. ¿Qué podemos esperar después de los Sínodos y de Amoris laetitia?
R.- Creo que la visita del Papa a Irlanda con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias será una ocasión para reafirmar la rica doctrina de la Iglesia sobre el tema de la familia, en el sentido de subrayar el papel esencial, el lugar esencial que la familia ocupa en la Iglesia y en la sociedad, y de apoyar la misión de la familia como realidad de amor, de fidelidad, de apoyarla en su misión de transmitir y de educar en la vida. Me imagino que la presencia del Santo Padre será motivo de aliento precisamente para ayudar a las familias en esta misión y sobre todo en su compromiso de dar testimonio de la presencia del amor de Dios y también de la capacidad de la familia para generar esa felicidad que hoy el mundo busca con todas sus fuerzas.
P.- ¿Cuál cree Usted que es la contribución más fuerte y original que las familias cristianas pueden dar hoy a la Iglesia y también a quienes están lejos de una experiencia de fe?
R.- Creo que la familia hoy tiene un papel muy importante que desempeñar y repito lo que acabo de decir: el papel es testimoniar la alegría del Evangelio, dar un testimonio gozoso del amor de Dios que sabe transformar la vida de las personas, sabe transformar la vida de las comunidades. Hoy vivimos en una época en la que se sufre mucho la soledad, el aislamiento; una soledad y un aislamiento de los unos hacia los otros que al final se convierte también en un aislamiento en relación a Dios. Es por eso que el Papa insiste mucho en esta función de la familia, que es la de despertar a nivel individual, a nivel de la comunidad, este sentido de pertenencia, este sentido de comunión, este sentido de respeto. Creo que la familia tiene hoy este papel que desempeñar dentro de nuestra sociedad.
P.- En el Encuentro de Dublín también se abordarán cuestiones delicadas como la migración, las crisis familiares y la acogida de personas homosexuales. ¿Qué tiene que decir hoy la Iglesia a los que no comparten sus valores y su visión del mundo?
R.- La Iglesia, por supuesto, tiene una propuesta que hacer, una propuesta que se basa en el Evangelio, pero creo que es muy importante, más allá de las palabras, especialmente la actitud de la Iglesia para testimoniar, esencialmente con ejemplos y hechos, la belleza y la verdad del Evangelio en el mundo de hoy. Aquí también hay muchas heridas que curar, hay tanta soledad y tantas rupturas que recomponer. Aquí podemos referirnos a la imagen que el Papa ha utilizado desde el comienzo de su Pontificado, de la Iglesia como “hospital de campaña” que puede estar verdaderamente cerca de las personas y acompañarlas en un camino de crecimiento y, en lo que se refiere a las heridas, también de curación. Yo diría que esta es la actitud, de acompañamiento, que es la capacidad de escuchar, que es la capacidad de dialogar, que es la capacidad de crecer juntos.
P.- El Papa ha pedido repetidamente que las familias sean apoyadas por las Instituciones con políticas apropiadas. ¿Cuál cree Usted que debería ser el punto de partida para esto?
R.- El Papa dice que se debe partir de nosotros mismos, en el sentido de que son las propias familias y la propia Iglesia las que deben comprometerse en este sentido. Esto lo dijo en el Amoris laetitia, donde dice que ya se ha hecho mucho, en el sentido de preparar, ayudar a preparar a los jóvenes para el sacramento del matrimonio y formar una familia, pero que hay que hacer mucho más. Luego, por supuesto, por parte de la comunidad cristiana, también creo que, además de este aspecto de testimonio y funcionamiento, existe el compromiso de estimular a la comunidad política para que esté atenta a la realidad familiar, esté atenta a sus necesidades y vaya a su encuentro con medidas legislativas adecuadas.
P.- Un Papa regresa a Irlanda después de casi 40 años. Irlanda ha sufrido la terrible herida de los abusos y el reciente informe sobre los abusos en Pensilvania también ha causado una gran impresión. ¿Qué le puede decir al Pueblo de Dios que está en Irlanda?
R.- Creo que hemos estado y seguimos estando profundamente golpeados por este fenómeno que ha tenido un impacto devastador también en el testimonio de la Iglesia. El Papa siempre ha insistido y sigue insistiendo en que nuestro primer deber, nuestro primer compromiso es estar cerca de las víctimas, ayudarlas para que puedan “reconstruir” su vida. Creo que la Iglesia en Irlanda ha reconocido sus carencias, sus errores, sus pecados, y al mismo tiempo ha adoptado una serie de medidas que pueden evitar que se repitan estas atrocidades, estos horrores. Sin embargo, creo que la visita del Papa a Irlanda se realiza sobre todo bajo el signo de la esperanza, de esta capacidad de esperanza y, sobre todo, de confianza, precisamente lo que he llamado la fuerza liberadora, transformadora y salvadora del amor de Dios que se experimenta en las familias. Así que también es un mensaje de apertura al futuro que esta fe, que siempre ha sido una característica de Irlanda y del pueblo irlandés, sabrá renacer en los corazones y dará frutos de paz y de felicidad.
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