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2018.09.21 Dialogo con la Cina – Cattolici pregano davanti alla Basilica di Nostra Signora de Sheshan in Shanghai 2018.09.21 Dialogo con la Cina – Cattolici pregano davanti alla Basilica di Nostra Signora de Sheshan in Shanghai 

Acuerdo Santa Sede-República Popular China: fruto de un camino

El diálogo con la República Popular China comenzó con San Juan Pablo II a través de conversaciones confidenciales. Después prosiguió con Benedicto XVI, mientras ahora el Papa Francisco desea continuar en este compromiso

Sergio Centofanti – Ciudad del Vaticano

El Acuerdo Provisorio sobre el nombramiento de los Obispos, firmado hoy en Pekín por la Santa Sede y la República Popular China es fruto de un largo camino que comenzó con San Juan Pablo II. Durante este Pontificado se establecieron contactos institucionales con las Autoridades chinas, en el contexto de la apertura de China al mundo externo.

En este período se inician una serie de conversaciones confidenciales. La Santa Sede conduce el diálogo manifestando una actitud respetuosa hacia el Gobierno chino y tratando de aclarar, más allá de todo malentendido pasado o presente, la naturaleza y la misión religiosa de la Iglesia católica y la finalidad de la labor de la Santa Sede a nivel internacional.

En el Mensaje  dirigido al Congreso sobre Matteo Ricci, del 24 de octubre de 2001, San Juan Pablo II escribía: “No es un misterio para nadie que la Santa Sede, en nombre de toda la Iglesia católica y, según creo, en beneficio de toda la humanidad, desea la apertura de un espacio de diálogo con las autoridades de la República Popular China, en el cual, superadas las incomprensiones del pasado, puedan trabajar juntas por el bien del pueblo chino y por la paz en el mundo”.

En la misma línea, Benedicto XVI en su Carta a la Iglesia en China de 2007 reafirma que la Santa Sede está abierta a un diálogo con las autoridades de la República Popular China y formula el deseo “de ver pronto establecidas vías concretas de comunicación y colaboración entre la Santa Sede y la República Popular China”, ya que “la amistad se alimenta de contactos, de comunión de sentimientos en las situaciones alegres y tristes, de solidaridad y de intercambio de ayuda” (n. 4). Sin olvidar jamás, por una parte – subrayaba – la brújula de la fe y la sabiduría pastoral y, por otra, la humilde cognición de la complejidad de las cuestiones en ese ámbito, se debe encontrar la solución de los problemas eclesiales superando las tensiones con las legítimas autoridades civiles.

En esta línea continua de acción  de magisterio pontificio, el Papa Francisco desea proseguir en el compromiso del diálogo y ha promovido y sostenido el diálogo oficial con el Gobierno chino. En una entrevista concedida a “Asia Times”, en febrero de 2016, el Santo padre afirmaba: “Para mí, China ha sido siempre un punto de referencia de grandeza, un gran país, una gran cultura con una sabiduría inagotable”. Y añadía: “Dialogar no significa rendirse”, “el verdadero equilibro de la paz se realiza a través del diálogo, diálogo que no significa hacer concesiones, sino caminar juntos para construir”.

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22 septiembre 2018, 12:10