#Synod2018, Mons. Parra: “La juventud, presente y futuro de la Iglesia y el mundo”

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Estamos comenzando la segunda parte de nuestro Sínodo en el cual vamos a trabajar el discernir, es decir, buscar darle respuestas a partir de la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia a los jóvenes a cerca de su vida y del sentido de la vida de cada uno de los jóvenes, ya que el Señor los llama a una misión concreta”, lo dijo Mons. Mariano José Parra Sandoval, Arzobispo de Coro, Venezuela, al inicio de la 6° Congregación General de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicado al tema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.

Sínodo, a la escucha de los jóvenes

Después de haber escuchado a los jóvenes en la primera parte del Sínodo, precisó el Arzobispo de Coro, ahora comenzamos el análisis de la segunda parte del Instrumentum Laboris. “La juventud espera mucho de nosotros – afirmó Mons. Parra Sandoval – espera Pastores cercanos, espera Pastores que los comprendan y escuchen, quieren una Iglesia que les dé participación y que no los relegue a trabajos secundarios, ellos quieren participar activamente porque se consideran presente y futuro de la Iglesia y del mundo”.

La pastoral juvenil en América Latina

Refiriéndose a la pastoral Juvenil en América Latina, el Prelado venezolano dijo que, a diferencia de otros continentes, América Latina tiene una pastoral bastante bien organizada, el Celam ha organizado esta pastoral desde hace muchos años, desde los años cincuenta, y a medida que ha ido pasando el tiempo se han ido mejorando los trabajos de organización y el primer gran fruto de este trabajo es que ha sido una pastoral continua, que no ha quebrado los procesos, sin descartar lo pasado, pero también adaptándose al futuro”.

Las heridas en la Iglesia

“Creo que está claro que los escándalos han sido una herida muy dolorosa en la Iglesia – señaló Mons. Parra Sandoval, explicando cómo se ha tratado el tema de los abusos dentro del Sínodo – porque cuando sucede esto se hiere en lo más profundo a personas que no debemos herir, sino al contrario debemos sanar y salvar. Sin embargo también se puede decir que son la parte humana de la Iglesia que cae, esto no quiere decir que se justifique, sino que es un hecho y hay que reconocerlo; además es un hecho que la Iglesia católica es una de las instituciones que más ha enfrentado esta problemática en el mundo y más remedio ha tratado de poner al respecto. Hoy los jóvenes nos piden que esto cambie y que esto no vuelva a suceder y estoy seguro que junto al Santo Padre se está haciendo un gran esfuerzo por combatir este flagelo”.