Card. Parolin en Iraq: “La sangre de vuestros mártires es un tesoro para la Iglesia"
José Villanueva – Ciudad del Vaticano
Durante el marco de su visita en Iraq, el Secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin presidió la santa misa hoy 28 de diciembre, memoria de los Santos Inocentes en la catedral de San José de Ankawa.
En homilía el Cardenal Parolin aprovechó la oportunidad para hacer presente la cercanía y oración del Papa Francisco a los cristianos de este país de Oriente Medio.
“A mi llegada a la ciudad de Erbil, y especialmente aquí en Ankawa, inmediatamente recordé el virtuoso gesto de bienvenida que han logrado, especialmente en estos últimos años, hacia sus hermanos y hermanas que vinieron en gran número desde Mosul y la llanura de Nínive, pero también de otros lugares. Por eso desde aquí, me dirijo a todos ustedes aquí, presente mi saludo más afectuoso, también en nombre del Santo Padre Francisco, junto con la seguridad de su cercanía y su recuerdo diario en la oración”, expresó el Secretario de Estado Vaticano.
Cercanía con el sufrimiento de cristianos
Durante el resto de su homilía el Purpurado aprovechó para hacer una reflexión sobre los constantes momentos trágicos que miles de personas perseguidos padecen en esta zona de mundo por el hecho de ser cristianos, para lo cual hizo presente su solidaridad con las víctimas de la intolerancia religiosa.
“Con incredulidad y todavía con un escalofrío en el corazón recordamos las escenas trágicas del verano de 2014, cuando muchas personas, obligadas a huir de sus hogares, llamaron a sus puertas y encontraron una hospitalidad admirable. Recordemos las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: Lo que hayas hecho con uno de estos hermanos menores, me lo has hecho a mí", señala el Cardenal Parolin.
La Navidad hace olvidar los odios
Además, el Secretario de Estado recordó que la Navidad debe ser un periodo en donde los corazones de los hombres deben renovarse en la búsqueda de la paz, que la trae la buena nueva del nacimiento del Niño de Belén a todos los hombres de buena voluntad. Por lo que recalcó que los odios, rencores e intolerancia deben dejarse de lado, si queremos dejarnos abrazar por la luz y la paz que viene a traernos el Señor.
"La venida de Cristo en el mundo es una fuente de verdadera y gran alegría; La felicidad, la plenitud de la vida, la certeza de la verdad, la revelación de la bondad y el amor, la esperanza que no decepciona, la salvación, en una palabra, a la que el hombre aspira, finalmente se concede, está a nuestra disposición; y tiene un nombre, solo un nombre: Cristo Jesús, Él es nuestra paz, porque Él, solo Él es el camino, la verdad y la vida ".
El bien siempre prevalece
Por último, el Cardenal Parolin resaltó que el mal nunca tiene la última palabra en la historia de la humanidad, porque a pesar de las dificultades siempre el bien prevalece antes, a pesar del sufrimiento que pueda existir, así como fue en el episodio de la matanza de los recién nacidos de Belén, la victoria de Cristo será siempre la esperanza y consuelo para los más necesitados.
“Hoy celebramos la misa en memoria de los niños inocentes que fueron sacrificados por el nombre de Jesús a pesar de que todavía no lo conocían. Queridos hermanos y hermanas, el mal no tiene la última palabra en la historia y en nuestra vida; la última palabra es la del amor de Dios que triunfa sobre ella. A lo largo de la historia, ha habido muchos mártires que dieron sus vidas por Jesús. Son la multitud de quienes nos habló el libro del Apocalipsis, una multitud de todas las naciones, tribus, personas y lenguas que están de pie ante el trono de Dios y se sostienen”, finaliza.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí