Turkson: Estamos llamados a vivir la realidad de la Redención de Cristo
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
“El hombre y la mujer representan la creación de la cual forman parte ante Dios, y sus acciones, por lo tanto, afectan drástica y radicalmente al destino de la creación”. Lo ha afirmado esta mañana el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral durante su intervención en la presentación del Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma de 2019, desarrollada en la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Relación entre el ser humano y la creación
Hablando de la relación entre el ser humano y la creación, Turkson ha explicado que el ser humano “es considerado y entendido en su rol propio, como "sumo sacerdote" de la creación” y que en el carácter distintivo de su creación a imagen y semejanza de Dios, y en su estar en el espíritu de Dios, “es una parte interconectada e interdependiente del mundo así creado”. Además, en la Doctrina Social de la Iglesia, la expresión clásica del "desarrollo auténtico e integral" está arraigada en una relación antropológica, así como en una interconexión con todas las cosas, y por ello, “la persona humana no es el centro autorreferencial de la creación” ha puntualizado.
La filosofía del Mensaje de Cuaresma 2019
El Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral también ha expresado que la base del Mensaje de Cuaresma de este año está en que “la redención de la humanidad y su liberación del mal y el pecado expresan la redención de toda la creación de la maldición y de todos los males que sufre a causa del pecado de la humanidad”. Y la redención y la liberación de la humanidad del pecado se conciben en el Mensaje de Cuaresma de este año en términos de “regeneración filial”: el renacimiento de la humanidad (Adán) como hijos / hijas de Dios.
Un Mensaje que, este año “nos invita a celebrar la Pascua como una fiesta de la llamada del hombre a una nueva generación” – ha dicho el card. Turkson – y cuya realización, aunque sea una experiencia proyectada hacia el futuro, “también está arraigada en el presente: en la condición humana que es la superposición. Es decir, la superposición de las edades y de los tiempos entre lo que ya ha sido y lo que será, entre Adán y Cristo, la caída y la redención”.
Ante el pecado, la Redención ofrece otra base de operación y trabajo
En su intervención, el cardenal ha asegurado que “continuamos siendo absorbidos por las diferentes manifestaciones del poder del pecado y sus consecuencias en nuestras vidas”; vidas que “tienden al pecado” ha puntualizado. Ante esto, sostiene que “la redención de Cristo “nos ofrece a todos al mismo tiempo "otra base de operación y trabajo"” que es la “base” desde la que estamos llamados a partir, a vivir y actuar. “Vivir la realidad de la redención de Cristo, que nos ha hecho "hijos de Dios", abriéndonos las puertas a la relación con Cristo y con su Espíritu”.
Madurar en nosotros la imagen de Cristo mismo
Por último, el card. Turkson ha expresado que la maduración y el crecimiento de la imagen de Cristo en nosotros “nos guían hacia la regeneración en la gloria de los hijos de Dios, y con nosotros también el resto de la Creación”, asegurando que “éste es el escenario de nuestro compromiso de Cuaresma de este año: experimentando constantemente el pecado humano (que es una relación de filiación traicionada), tenemos al mismo tiempo la posibilidad de la gracia de la redención de Cristo y del don de su Espíritu para dar forma gradualmente a nuestras vidas y entrar en la gloria de ser hijos e hijas de Dios”.
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