Jornada San Francisco de Sales; Ruffini: el periodista debe buscar la verdad
Mireia Bonilla - Ciudad del Vaticano
Concluye la XXIII Jornada Internacional San Francisco de Sales, celebrada del 30 de enero al 1 de febrero en Lourdes, Francia, bajo el tema “Periodismo y convicciones religiosas”; un evento organizado conjuntamente por el Dicasterio para la comunicación de la Santa Sede, la Federación de Medios Católicos y la organización "Signis". Entre los participantes, periodistas de medios de comunicación católicos, editores y responsables de la comunicación en la Iglesia de 30 países diferentes, destaca la presencia de Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, quien en unas declaraciones a Helene Destombes de Vatican News ha asegurado que "el buen periodismo siempre debe ser una búsqueda constante de la verdad".
El periodismo se echa a perder por falsas convicciones
Ruffini, así mismo, ha explicado que el periodismo a menudo se echa a perder por falsas convicciones o prejuicios: “Las convicciones sirven si tienen una raíz de verdad, y nos extravían si tienen una raíz de mentira” ha asegurado. Es por ello que para el Prefecto del Dicasterio para la comunicación, “el buen periodismo” siempre debe ser “una búsqueda constante de la verdad” y por lo tanto, “debe evitar, por ejemplo, pensar que la conclusión se puede encontrar de inmediato”.
Las identidades no son una herramienta de enfrentamiento
En sus declaraciones, también ha advertido del peligro del uso de la identidad: “Debemos estar atentos - todos los hombres de cualquier identidad, cultura, religión, etc - al hecho de que nuestras identidades no se usan, no se convierten en la herramienta de un enfrentamiento porque las convicciones basadas en la búsqueda de la verdad se pueden conocer de todos modos”.
El buen periodista es humilde, busca la verdad y no se encierra
Por último, Paolo Ruffini asegura que lo principal del buen periodismo es “la humildad de saber que la verdad - cuando hablamos de verdad periodística - es una búsqueda” expresando que no hay peor periodista que “aquel que piensa que ya lo sabe todo, aquel que ya tiene una versión pre-confeccionada de la realidad o aquel que ya no es capaz de sorprenderse ante la realidad”. En contraposición a esto, para Ruffini la mejor manera de testimoniar que somos buenos periodistas “es ser percibidos como buscadores de la verdad y no como cerrados en un mundo que no dialoga con la realidad”.
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