Educación, prevención y conciencia social: claves para combatir la trata
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
La mañana del jueves 11 de abril, el Papa Francisco recibió en el Aula Nueva del Sínodo a más de 200 personas comprometidas contra la trata de personas. Una iniciativa que se desarrolló del 8 al 11 de abril en Roma organizada por la sección migrantes y refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en la que participaron obispos, sacerdotes, religiosos, fieles laicos coordinadores de proyectos; agentes de pastoral y expertos procedentes de diferentes partes del mundo.
Se trata de una importante ocasión para discutir concretamente iniciativas destinadas a poner en práctica las directrices pastorales sobre la trata de personas (OPTP) desarrolladas por la sección y aprobadas por el Santo Padre.
Crimen contra la humanidad
Asimismo, el objetivo de la reunión es promover una comprensión más amplia y profunda esta lacra social con el fin de ayudar a coordinar las acciones encaminadas a erradicarla. El programa de las ponencias fue fundamentalmente participativo para facilitar el intercambio de experiencias, puntos de vista y prácticas eficaces en el ministerio de la Iglesia, en la ardua misión de afrontar el drama de la trata que el Papa definió como "un crimen contra la humanidad".
Si es que el fenómeno del tráfico de seres humanos, sigue creciendo de manera tal que no puede ser ignorado por la comunidad internacional.
Vatican News entrevistó a algunos de los participantes tras la conclusión de la conferencia y la audiencia con el Papa.
El jesuita Alberto Ares, Director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, hace especial hincapié en la necesidad de combatir la trata realizando un trabajo coordinado y conjunto, tanto a nivel de Iglesia como en las instituciones internacionales.
"En esta conferencia hemos buscado tener una mirada global de lo que ocurre en este tema", explica el sacerdote añadiendo que hay mucho trabajo por hacer: "partimos de una buena base y la Iglesia puede desempeñar un papel clave para crear una red de información, educación y conciencia global que haga incidencia de cara a los organismos internacionales. Para ello necesitamos estar unidos, juntos somos más".
Prevención y educación
Asimismo, Sandra Ortiz de la Congregación religiosa Oblatas del Santísimo Redentor, quien vive en Uruguay y trabaja con mujeres víctimas de la explotación sexual, afirma que para luchar contra la trata es esencial fomentar la prevención, por medio de campañas, educación, publicidad y comunicación:
"Ayudando a construir buenos valores en el proceso vital de una persona y sobre todo advirtiendo a quienes migran forzadamente a otros países, sobre los engaños y propuestas irreales que ofrecen quienes están detrás del tráfico humano".
Por otra parte, Cristina Manzanedo del proyecto Proyecto ÖDOS España que ofrece apoyo a madres y niños en situación de vulnerabilidad, cuenta en qué consiste su labor ayudando a mujeres africanas con bebés que llegan a las costas andaluzas y que se ven envueltas en este panorama desolador.
La trata existe porque hay demanda
"El desamparo en el que caen una vez que llegan a España y Europa al no tener trabajo, documentos ni posibilidades concretas, hace que la mayoría se vea forzada a ejercer la prostitución. La trata existe porque hay una demanda social de servicios a muy bajo precio ya sean sexuales, domésticos o laborales", argumenta Cristina indicando que en cierto modo, cada sociedad es responsable directa o indirectamente de este crimen, ya que con sus comportamientos alimenta un sistema que es cómplice de esta "herida en el cuerpo de la humanidad".
Finalmente, María Silvia Olivera perteneciente a las Hermanas del servicio social misionero de Argentina y miembro de la Red KAWSAY (rama de la vida consagrada por una sociedad sin trata de personas), describe cómo es la realidad del tráfico humano en su país y cómo pueden las víctimas empezar una nueva vida, tras haber sufrido el brutal arrebato de su dignidad.
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