Cristianos y musulmanes: juntos pueden trabajar por el bien común
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Nosotros, musulmanes y cristianos, estamos llamados a abrirnos a los demás, conociéndolos y reconociéndolos como hermanos y hermanas. De esta manera podemos derribar los muros levantados por el miedo y la ignorancia y juntos tratar de construir puentes de amistad que son fundamentales para el bien de toda la humanidad”, lo escribe Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J., Secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso en el Mensaje con ocasión del mes de Ramadán y el Aid el-Fitr.
Un mes para fortalecer los lazos espirituales
En el Mensaje, el Secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso dirigiéndose a los “hermanos y hermanas musulmanes”, recuerda que el mes de Ramadán, dedicado al ayuno, la oración y la limosna, es también un mes para fortalecer los lazos espirituales que compartimos en la amistad entre cristianos y musulmanes. “Nuestras religiones – señala Mons. Ayuso citando el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la convivencia – nos invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento mutuo, la fraternidad humana y la convivencia común; a restaurar la sabiduría, la justicia y la caridad”.
Derribar los muros del miedo y la ignorancia
En este sentido, subraya el Secretario de este Dicasterio Vaticano, “nosotros, musulmanes y cristianos, estamos llamados a abrirnos a los demás, conociéndolos y reconociéndolos como hermanos y hermanas. De esta manera – precisa Mons. Ayuso – podemos derribar los muros levantados por el miedo y la ignorancia y juntos tratar de construir puentes de amistad que son fundamentales para el bien de toda la humanidad. De esta manera cultivamos en nuestras familias y en nuestras instituciones políticas, civiles y religiosas una nueva forma de vida en la que se rechaza la violencia y se respeta a la persona humana”.
Promover la cultura del diálogo como medio de cooperación
Por lo tanto, precisa Mons. Ayuso, estamos animados a llevar adelante la cultura del diálogo como medio de cooperación y como método para aumentar la comprensión mutua. “En este contexto – explica el Secretario del Dicasterio – recuerdo que el Papa Francisco, durante su visita a El Cairo, destacó tres líneas guías fundamentales para proseguir el diálogo y el conocimiento entre personas de diferentes religiones: el deber de identidad, el valor de la alteridad y la sinceridad de las intenciones”.
Respetar el derecho a la vida de todas las personas
Para respetar la diversidad, se lee en el Mensaje, el diálogo debe tratar de promover el derecho a la vida de todas las personas, a la integridad física y a las libertades fundamentales, como la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión. Esto incluye la libertad de vivir de acuerdo con las propias convicciones, tanto en el ámbito privado como en el público. De esta manera, cristianos y musulmanes – como hermanos y hermanas – pueden trabajar juntos por el bien común.
No sólo tolerancia, sino convivencia pacífica
“Deseo – concluye Mons. Ayuso – que el gesto y el mensaje de la fraternidad encuentren eco en el corazón de todos aquellos que ocupan puestos de autoridad en la vida social y civil de toda la familia humana, y que puedan llevarnos a todos a poner en práctica no sólo una actitud de tolerancia, sino una convivencia verdadera y pacífica”. Finalmente, el Mensaje termina expresando el saludo fraterno del Secretario de este Dicasterio Vaticano, y su renovada estima por la amistad y en nombre del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, expresa sus más sinceros deseos de un fructífero mes de Ramadán y de un gozoso Aid el-Fitr.
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