Estudio 9. Hoy se celebra la fiesta dedicada a Santa Mónica
Hoy jueves 27 de agosto, se celebra la Fiesta de Santa Mónica de Hipona, y mañana viernes la fiesta de su hijo, San Agustín de Hipona. Santa Mónica es recordada por sus virtudes cristianas. Madre y esposa dedicada. Oró por la conversión de su esposo y su hijo, Agustín. Monica siguió a su indisciplinado hijo por varias ciudades, hasta que al fin, en Milán, antes de encontrarse con su hijo, buscó al obispo Ambrosio de Milán, y a través de él finalmente tuvo la dicha de ver la conversión de Agustín al cristianismo luego de 17 años de resistencia.
A la edad de 28 años, Agustín acogió la gracia de Dios y se convirtió al cristianismo y recibió el bautismo en la iglesia de San Juan Bautista en Milán. En su regreso a casa, se detuvieron en Cività Vecchia y en Ostia. Aquí la muerte sorprendió a Mónica.
Las páginas más bellas de las Confesiones de Agustín fueron escritas como resultado de la emoción que experimentó Agustín por la muerte de su madre. Santa Mónica es puesta por la Iglesia como ejemplo de mujer cristiana, de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia, aun bajo las circunstancias más adversas.
Oración a Santa Mónica
¡Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de esposas, modelo de madres, consuelo de viudas, mujer admirable, a quien Dios infundió el espíritu de oración y concedió aquel don de lágrimas con que supisteis hacer violencia al Dios de las misericordias para que se compadeciera de vuestros gemidos, escuchara vuestras plegarias y os pidoconcediera el fin de todos vuestros deseos!, a vuestras plantas venimos hoy las que sufrimos y lloramos en los tristes caminos de la vida, a suplicaros que nos alcancéis el espíritu de oración que Vos tuvisteis y la compunción que merecen nuestras culpas, para que derramando con humildad nuestro corazón ante el Dios de toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la santa vida que Vos vivisteis en la tierra, y merezcamos la gloria que Vos gozáis ahora en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposos e hijos, y de todos los que por la sangre y el afecto nos pertenecen y son en Jesucristo, Señor nuestro, amados y queridos de nuestro corazón. Amén.
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