Vaticano. Hospital Bambino Gesù, así es como proliferan los tumores
Eliana Astorri - Ciudad del Vaticano
Investigadores del Hospital Pediátrico de la Santa Sede, en colaboración con un equipo de investigación de la Universidad de Tor Vergata, la Sociedad Danesa del Cáncer y otros centros europeos y estadounidenses, han cerrado el círculo sobre los mecanismos del ciclo celular, el proceso por el que las células, incluidas las cancerosas, maduran y proliferan.
Los investigadores han descubierto que el desequilibrio entre los niveles de la molécula Ciclina D y la proteína Ambra1 acelera la formación de muchos tipos de tumores. Hoy en día no existen fármacos que puedan actuar sobre estos dos elementos, pero sí es posible intervenir sobre el sistema de reparación de las células tumorales llevándolas a la autodestrucción. "Si se detecta la ausencia o los bajos niveles de Ambra1, en asociación con una acumulación de Ciclina D, en las células tumorales, se podría intentar suprimir con fármacos específicos, ya conocidos en terapia, la capacidad de las células tumorales para reparar el material genético": dice el profesor Francesco Cecconi, catedrático de Biología del Desarrollo en la Universidad Tor Vergata de Roma e investigador del Área de Investigación de Oncoematología del Hospital Bambino Gesù que dirige el profesor Franco Locatelli. Los resultados del estudio, apoyado por AIRC, han sido confirmados por otros dos estudios realizados en Estados Unidos, también publicados en la prestigiosa revista científica "Nature".
Profesor Francesco Cecconi: un trabajo conjunto
¿Qué relación existe entre la proteína Ambra1 y la molécula Ciclina D?
R. – Ambra1 es una molécula que puede controlar la vida de otras moléculas. Cuando el Ambra1 está mutado o no está presente en el interior de las células tumorales, y esto ocurre en un buen número de tumores, los niveles de una proteína que controla la velocidad de la multiplicación celular, la ciclina D, aumentan, y esto hace que los tumores se desarrollen muy rápidamente replicando su ADN con gran rapidez.
¿Cómo han llegado ustedes, los investigadores, a esta identificación?
R. - La búsqueda de cuál era el controlador de la velocidad de duplicación celular, entonces el controlador de la Ciclina D, ha estado en marcha durante muchos años, más de 25 años. Llegamos a ello porque somos expertos en esta molécula, Ambra1, que identificamos en 2007, y comprendimos que es extremadamente importante para controlar los niveles, la cantidad de Ciclina D en nuestras células y, en consecuencia, la velocidad de duplicación celular.
¿En qué tipos de tumor se ha encontrado el desequilibrio entre estos dos elementos?
R. - Lo hemos encontrado, sobre todo, en tumores de pulmón, lo hemos encontrado en sarcomas, estamos procediendo con estudios tanto en melanoma como en meduloblastoma, que son tumores importantes, en particular el meduloblastoma es un tumor pediátrico muy raro. Con varias variaciones sobre el tema, nos dimos cuenta de que Ambra1 es importante en todos estos tumores y también en el control de la Ciclina D y, probablemente, en muchos otros tipos de tumores que aun no hemos analizado.
¿Es concebible, por tanto, en caso de diagnóstico de cáncer, una extracción de sangre para comprobar los niveles de Ambra1 y Ciclina D, como ocurre con otros marcadores tumorales?
R. - Exactamente. Imaginamos que una correlación inversa, es decir, las células tumorales encontradas, por ejemplo, en una biopsia tumoral que tienen niveles bajos de Ambra1 y niveles altos de Ciclina D, puede utilizarse para atribuir al paciente en esos pacientes sobre los que podemos entonces intervenir posiblemente, utilizando el mecanismo que conocemos.
Este importante estudio realizado por el Hospital de la Santa Sede contó con la ayuda de investigadores de la Universidad de Tor Vergata y de otros centros europeos, y los resultados fueron confirmados por dos estudios realizados en Estados Unidos. Trabajar en la investigación desde distintos enfoques y colaborar con otros centros de investigación resulta cada vez más una práctica ganadora...
R. - El trabajo en equipo es ahora fundamental en la investigación moderna. En nuestro trabajo contamos con más de 40 autores de al menos ocho centros de investigación diferentes en Italia y en Estados Unidos, con diferentes habilidades, diferentes herramientas disponibles, diferentes modelos, diferentes células y, sin esta sinergia, no se pueden obtener ciertos resultados. El hecho de que luego nuestro descubrimiento se repita en otros dos trabajos es lo que se llama la reproducibilidad del resultado científico tiene una importancia fundamental, permítanme decirlo, en un momento en el que hemos visto, leído investigaciones, por ejemplo, sobre el Covid, que están lejos de estos estándares.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí