Cardenal Parolin: Hoy su presencia secular se abre al futuro
Vatican News
A las 7.30 tuvo lugar la Santa Misa con motivo del juramento de la Guardia Suiza Pontificia en la Basílica de San Pedro. Presidió la celebración el Cardenal Secretario de Estado de Su Santidad, Pietro Parolin, quien comenzó su homilía saludando al Comandante, al Capellán, a los Oficiales y queridos guardias, junto a las distinguidas autoridades e invitados. Asimismo manifestó su satisfacción de abrir con todos ellos esta importante jornada elevando la común gratitud al Señor en la Eucaristía. De hecho – dijo – “Eucaristía significa precisamente acción de gracias”. A lo que agregó:
El Purpurado recordó que aunque el 6 de mayo recuerda el sacrificio de los 147 guardias suizos que, aquel día del lejano 1527, durante el saqueo de Roma, permitieron proteger al Santo Padre, también regala cada año nuevos rostros, nuevos reclutas que renuevan el mismo compromiso de vida a través de su juramento.
Que el inicio de su servicio los lleve al origen del discipulado
De manera que para estos queridos guardias, se convierte en la ocasión de reforzar su voluntad de entregarse con todas sus fuerzas, sacrificando incluso la vida cuando sea necesario, tal como dice el juramento, al servicio del Papa, por amor al Señor. Lo que requiere “fe y fortaleza de ánimo, para que a la indispensable disciplina externa se sume una disciplina interna igualmente esencial”.
Aludiendo a las lecturas propuestas por la Liturgia del día, el Cardenal Parolin ofreció dos sugerencias “tomando prestados dos conocidos adjetivos de la física”: “Podríamos hablar, en un sentido espiritual, primero de una fuerza centrípeta y luego de una fuerza centrífuga”.
Permanecer en Jesús
De la primera destacó que “tiende a actuar desde el exterior hacia el interior”, tal como indica el Evangelio de Juan al referirse a este movimiento espiritual, informando de unas palabras pronunciadas por Jesús después de la Última Cena cuando, antes de la Pasión, en el contexto más íntimo y sufrido, entrega su última voluntad a los discípulos. Petición clara, la de permanecer en su amor. Permanecer en Él, que “es el polo de atracción de la vida cristiana”.
El criterio de la misión
El Secretario de Estado prosiguió explicando en su homilía que “a este movimiento centrípeto del alma le sigue un segundo movimiento centrífugo, que procede en cambio desde el interior hacia el exterior”. Y les habló del “criterio de la misión”, cuyas exigencias “fueron decisivas para la Iglesia primitiva” que es misionera por naturaleza.
También les dijo que el Santo Padre llama continuamente a emprender "una transformación misionera", para la que toda estructura y tradición humana es útil en la medida en que favorece el anuncio vital del Señor crucificado y resucitado. "Al servir al Sucesor de Pedro en estrecho contacto, pidamos la gracia de aceptar la exigente llamada a la misión. No se trata de partir hacia países aún más lejanos, sino de dar testimonio de Jesús allí donde estamos, para difundir, con mansedumbre, sencillez y sobre todo con el ejemplo, su presencia a los que encontramos y en los lugares donde vivimos".
Al final de sus reflexiones, el Cardenal Parolin les sugirió que “vivan el juramento de hoy con este espíritu, para que el inicio de su servicio los lleve al origen del discipulado”. Y agregó que, de hecho:
Por esta razón les deseó que el camino que inician con su juramento los haga sentirse discípulos misioneros más unidos a Jesús, como él, el primero entre los Apóstoles.
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